¡Salvemos la Filosofía!

¡Que no desaparezca de los institutos y colegios!

 

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A continuación puedes leer un artículo en defensa de la Filosofía en la enseñanza secundaria:

La Filosofía en España. Necrológica

(Publicado en El Mundo, 9 de octubre de 2013)

Para leerlo, pincha en la imagen

¿Medir la existencia?

 

 

Zhivka Baltadzhieva (1947)

 

 

Teoría general de la Relatividad

 

¿Si todos los cuerpos se atraen

cómo es posible

que el Universo se expanda?

 

¿Y la fuerza oscura de Einstein?

¿La destrucción? ¿La muerte?

¿La desintegración?

 

¿Nos expandimos?

¿Y todo lo abrazamos

por fin?

 

La Teoría de la Relatividad

y el telescopio de Hubble

algún día acumularán

 

sus mínimums de datos que confirman

que la muerte

y todo este esperpento de procesos químicos

solamente nos hacen omnipresentes,

 

materia oscura,

noventa y tanto % del infinito.

 

Pero, Dios,

 

sin el menor recuerdo de que

un día,

en invierno, o a finales de julio,

 

fuimos por alguien

febrilmente

 

amados.


(Fuga a lo real, ed. Amargord, Madrid, 2012)

 

¿Cuánto mide la existencia?

Roger-Pol Droit (1949)

 

[Medir la existencia: extraña tarea. Aunque si lo piensas despacio, quizá no ande­mos lejos de convertirla en rutinaria, como sugiere el texto. ¿Le aplicaremos el criterio "tanto tienes, tanto vales"? Sin embargo, el autor dice que ni los números ni las ecuaciones pueden medir la existencia. ¿Por qué? ¿Tú qué piensas?]

 

    Antiguamente el mundo tenía diferentes tama­ños. El peso cambiaba de una pro­­vincia a otra. La variedad de medidas era tal que no se sabía nunca con exac­ti­tud cuánto pesaba un pan o cuáles eran las dimen­siones de una puerta. Lo co­ti­dia­­no era apro­xi­mativo y esta­ba mal ajustado. En prin­­­ci­pio, el mun­do había sido mate­­ma­­ti­zado; aun así, sub­sistían gran­des porciones de incerti­dumbre y fluc­tuación.

    Nosotros lo hemos modifi­cado. Se han fijado nor­mas y se han unificado pa­tro­nes. No de­jamos de medir las cosas que nos rodean. Si preparamos un pas­tel, las can­tidades pe­sadas son exactas. Si decoramos una hab­itación, si reparamos un mo­tor, si construimos una maqueta, si orga­ni­za­mos un huerto, siem­pre hay que to­mar medidas y hacer cálculos. Nos merecen más con­fianza (y con razón) que nues­tras propias estimaciones. Se acabaron los viajes sin ma­pas, indicadores, pla­nes de vue­lo, sex­tantes, brújulas, altí­me­tros, taquímetros, es­ta­cio­nes sa­té­­lites, ra­da­res, GPS y cuan­tas má­quinas estén por venir. A nues­tros hijos los me­dimos, los pe­­­sa­mos, los anali­zamos. Cada uno de nosotros se ve re­gu­lar­mente some­ti­do a recuentos si­mi­­lares: aná­lisis de sangre, de ori­na, de ex­cre­mentos, de es­per­ma, ex­­trac­cio­nes de cé­lu­las, de mues­tras de piel, radio­gra­fía, biop­sia, en­­dos­copia: evaluado, pe­­­sa­­do, exa­­­mi­nado. Te cal­culan la cantidad de dióxido de car­bono que espiras, la can­tidad de al­bú­mina o de pota­sio que ori­nas, la cantidad de grasa o de azú­­­­car que circula por tus ve­nas. Se pre­ocu­pan, o tú mis­­mo te pre­ocu­pas, o am­bos, por el peso que tie­nes, por tu ten­sión ar­terial o por tu índice de glu­co­sa.

    Todos estos recuentos son útiles. Pero también has de hacer la expe­rien­cia mental de su carácter secundario y vano. Por ejemplo, pregúntate cómo se mide la existencia. ¿Con qué instrumento? ¿Según qué uni­dad? ¿Conforme a qué código? ¿Con qué refe­rencia? ¿Cómo dirás que se mide ade­cua­da­mente tu exis­tencia: en kiló­metros recorridos a pie, en kiló­me­tros recorridos en coche, en años, en días, en ho­ras, en se­gundos, en latidos del corazón, en litros de sudor, de orina, de sangre, en kilos de carne, de patatas, de alimentos, en litros de vino, en papel embo­rro­na­do, en tiempo perdido, en amor dado, en amor recibido? ¿Cómo se mide eso?

    Los números inundan el mundo y contienen la realidad. La vida puede ser des­cri­ta mediante series de ecuaciones, mediante una trama ceñida de dimen­sio­nes, ma­sas y fuerzas. No obstante, eso no permite medir la existencia. (Roger-Pol Droit, 101 expériences de philosophie quotidienne).

Rincón de la cita

El alejamiento no se mide por la distancia.

(A. de Saint-Éxu­péry)

Examinar la propia vida

(Sócrates / Platón)

Filosofía y búsqueda

(García-Baró y Merleau-Ponty)

Las implicaciones de la acción (Maurice Blondel)

El filósofo en la ciudad.

Sócrates visto por Hannah Arendt

Vivir expuesto.

Sócrates visto por Jan Patocka

Las preguntas filosóficas de los niños (Karl Jaspers)

Crecer de golpe (Susana Tamaro)

Tierras de penumbra (R. Attenborough)

La filosofía como actitud existencial (M. García-Baró)

Donación y disponibilidad: el adonado (Jean-Luc Marion)

Cine, teatro, pensamiento

Como el agua que fluye

Manuel R. Avis