6 preguntas

 

6 respuestas

 

 

 

1 ¿Por qué los nazis odiaban a los judíos?

 

No existe explicación racional al odio antijudío. Para Hitler, los judíos son la imagen del mal absoluto: no ve en ellos unos seres humanos, sino unos parásitos que colonizan a los pueblos para someterlos. Matarlos es un acto sanitario.

 

Población judía en Europa en 1933

 

    El antisemitismo nazi vehicula y mezcla mitos muy antiguos. Desde los primeros tiempos del cristianismo, a los judíos se les consideró responsables de la muerte de Cristo y fueron relegados al rango de pueblo deicida. En la Edad Media, se les acusó de envenenar los pozos, de profanar las hostias y de practicar sacrificios rituales de niños cristianos. Como la Iglesia prohibía el préstamo con interés, el comercio del dinero quedó reservado a los judíos, lo que alimentó un profundo resentimiento en su contra.

    En el siglo XIX, el desarrollo de los nacionalismos y de las teorías raciales refuerzan y renuevan los prejuicios antijudíos. En Alemania, en un panfleto publicado en 1873, La victoria del judaísmo sobre el germanismo, Wilhelm Marr sostiene que los judíos constituyen una raza extranjera y apela a un "levantamiento popular antijudío". En otro libro, Judíos e Indo-germanos, aparecido en 1887, Paul de Lagarde escribe a propósito de los judíos: "No se entra en tratos con la triquina y los bacilos. Se les extermina tan rápida y radicalmente como sea posible". Medio siglo después, la cámara de gas será el instrumento de este exterminio.

 

Principales campos de concentración en Alemanis, 1933-1939

 

2 ¿Qué diferencia existe entre un campo de concentración y un centro para matar (centre de mise à mort)?

 

Los campos de concentración y los campos para matar (también conocidos como campos de exterminio) no son de la misma naturaleza; no se inscriben en la misma política; no conciernen a las mismas víctimas y no se hallan en el mismo trerritorio.

    Los campos de concentración (Konzentrationlager o KL) fueron creados en cuanto los nazis llegaron al poder en Alemania en 1933. Estaban oficialmente destinados a la "reeducación" mediante el trabajo de los oponentes al régimen y de los individuos considerados antisociales. Con la guerra, los campos se multiplicaron sobre territorio alemán. Los prisioneros fueron deportados de todos los países de Europa ocupados por Alemania y se les sometió a trabajos forzados. La mortalidad era particularmente alta debido al hambre, a las condiciones sanitarias, a los malos tratos y a las ejecuciones, pero no tienen como meta el genocidio. Los campos de concentración no son el lugar de la "Solución final".

    Las víctimas de la Shoá son asesinadas en los guetos, ejecutadas por los Einsatzgruppen o gaseadas en los centros para matar de Chelmno, Belzec, Sobibor, Treblinka, Auschwitz y Maidanek, situados todos ellos en territorio polaco. Fuera de Auschwitz y de Maidanek, que eran a la vez campos de concentración,  los centros para matar tenían la única finalidad de destruir industrialmente a las poblaciones judías de Europa. En cuanto llegaban los convoyes, eran gaseados casi todos los deportados. No se trataba realmente de campos, pues no había prisioneros salvo algunas decenas de hombres a los que se les dejaba vivir un tiempo para que vaciaran las cámaras de gas y trillaran los equipajes de las víctimas. Por ello es por lo que los historiadores no hablan ya hoy de "campos de exterminio", sino de centros para matar.

 

Campos para matar, en Polonia, 1942

 

3 ¿Intentaron los nazis enmascarar sus crímenes?

 

El exterminio sistemático de los judíos que vivían en los territorios controlados por el Reich era un secreto de Estado. Para que el proceso de aniquilación llegase a término, ni las vícitmas ni los Aliados debían conocer el destino real de los convoyes. En los documentos administrativos, los términos que hacían referencia explícitamente a la masacre de los judíos eran estrictamente descartados. La realidad del genocidio era enmascarada detrás de un lenguaje codificado: "solución final del problema judío", "traslado al Este", "tratamiento especial".

 

 

 

 

El texto (en polaco, inglés y hebreo) dice: "Cámara de gas y Crematorio II, donde varios centenares de miles de hombres, mujeres y niños judios fueron gaseados y sus cuerpos incinerados. El crematorio se usó también para destruir los cuerpos de prisioneros del campo de concentración, tanto judíos como no judíos, que habían muerto por otras causas. La cámara de gas y el crematorio II funcionaron desde marzo de 1943 hasta noviembre de 1944.  El 23 de octubre de 1943, hubo una revuelta aquí de judías traídas del campo de concen-tración de Bergen-Belsen, que resistieron al ser encerradas en la cámara de gas. Hacia el final de la guerra, las SS empezaron a eliminar las evidencias de las atrocidades cometidas en Auschwitz, y el 20 de noviembre de 1945, dinamitaron lo que quedaba. La foto fue tomada por las SS en 1943 (lo que se ve en primer plano son aguas residuales)".

 

    Además los nazis se esforzaron por hacer desaparecer las pruebas de sus crímenes. En 1942, Himmler encargó a una unidad especial, bajo las órdenes del oficial de las SS Paul Blodel, que borrasen las huellas de las matanzas. Esta misión secreta recibió el nombre codificado de "operación 1005". Las fosas en las que estaban sepultadas las víctimas de los Einsatzgruppen fueron reabiertas y los cadáveres fueron quemados. En 1943, los centros para matar de Treblinka, Belzec y Sobibor fueron minuciosamente desmantelados y, en su lugar, se plantaron bosques. Finalmente, al abandonar Auschwitz, las SS dinamitaron los edificios de las cámaras de gas-crematorios e incendiaron los depósitos que contenían los equipajes de los judíos asesinados.

 

Ruinas de la cámara de gas y del crematorio II (foto tomada en octubre de 2011).

 

4 ¿Qué es lo que sabían los Aliados?

 

Desde el verano de 1941, el gobierno británico recibe informaciones sobre las masacres que cometen los alemanes en la URSS. En la primavera de 1942, unos militantes del Bund (Partido socialista de los trabajadores judíos) salieron de Polonia e hicieron llegar a Inglaterra el primer informe que hablaba claramente de un plan metódico para asesinar masivamente a los judíos.  El 8 de agosto de 1942, el representante del Congreso judío mundial en Ginebra, Gerhart Riegner, envió un telegrama a los gobiernos británico y americano que confirmaba el informe del Bund. Un emisario de la resistencia polaca, Jan Karski, quien había conseguido penetrar en el gueto de Varsovia y asistir a la salida de un convoi desde el campo de tránsito de Izbica Lubelska hacia Belzec en el otoño de 1942, se reunió con las más altas autoridades aliadas con el objetivo de prevenirlas acerca de lo que estaba pasando. El 17 de diciembre de 1942, los Aliados adoptaron una declaración conjunta denunciando la masacre de los judíos, pero las informaciones cada vez más precisas que les llegaban no les incitaron a considerar acciones específicas para hacer que terminasen las masacres. En concreto, nunca se consideró la posibilidad de bombardear los centros para matar. Para los Aliados, ningún medio humano o logístico debía desviarse del esfuerzo de guerra, ya que únicamente la derrota militar de Alemania permitiría salvar a las poblaciones judías.

 

 

 

 

 

 

 

Mujeres desnudas conducidas a la cámara de gas del crematorio V de Auschwitz-Birkenau.  

 

 

 

 

 

 

 

Hombres del Sonderkommando (comando especial) quemando sus cuerpos (fotos tomadas a escondidas probablemente por un preso griego, llamado Alex, durante el verano de 1944).

Explicación visual, mediante montaje, de la tercera foto.

 

5 ¿Ofrecieron resistencia los judíos?

 

A pesar de su aislamiento y de la pobreza de medios a su disposición, los judíos no se dejaron exterminar sin reaccionar.

    En Francia, desde que se tuvo evidencia del carácter sistemático de las deportaciones, se formaron redes para esconder a los niños, fabricar falsos documentos y pasar clandestinamente las fronteras suiza y española. Muchos judíos se implicaron directamente en la lucha armada contra el ocupante, en especial militantes comunistas extranjeros que se unieron a los FTP-MOI (Franco-tiradores y partisanos - Mano de obra immigrante). En el suroeste, maquis creados por los Éclaireurs israélites (Exploradores israelitas) de Francia participaron activamente en los combates para liberar el territorio. Grupos de partisanos judíos se constituyeron en muchos otros países de Europa, principalmente en el Este, en los bosques de Polonia, de Lituania y de Bielorrusia.

Finalmente, estallaron revueltas en los guetos de Europa central, en Varsovia en concreto durante abril y mayo de 1943, y en los centros para matar de Treblinka (2 de agosto de 1943), Sobibor (14 de octubre de 1943) y Birkenau (7 de octubre de 1944).

 Magda Trocmé y André Trocmé, pastor de la comunidad protestante de Le Chambon-sur-Lignon, en la que encontraron refugio y auxilio unos 5.000 judíos durante el gobierno de Vichy.

 

6 ¿Los que no eran judíos ayudaron a los judíos?

 

En una gran mayoría, los habitantes de los países ocupados por Alemania callaron ante las persecuciones y los crímenes de los que eran víctimas los judíos. Aun así, algunas personas les ayudaron o les escondieron. Corrían un gran riesgo al hacerlo, pues los nazis consideraban el auxiliar a los judíos como un delito mayor susceptible a veces, como en Polonia, de la pena de muerte.

    Desde 1963, el Instituto Yad Vashem en Jerusalén, atribuye el título de "Justo entre las naciones" a las personas que salvaron a los judíos sin exigir compensación material. El 1 de enero de 2009, esta distinción les había sido concedida a 22.765 personas, de las cuales 6.135 en Polonia, 4.947 en Holanda y 2991 en Francia. Asimismo dos pueblos han recibido la medalla de los Justos: Le Chambon-sur-Lignon en Haute-Loire y Niewlande en Holanda.

Magda Trocmé planta un árbol en honor a ella y su marido en Yad Vashem (1971).

                                                                         

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