Conceptos kantianos

Ciudadano / súbdito.

 

Esta distinción es paralela a la de los usos de la razón: uso privado y uso público. Este último correspondería al ciudadano, es decir, aquél que con una libertad ilimitada puede manifestar su opinión; mientras que el súbdito es aquel que tiene restringida la libertad de expresión, es decir, aquel al que, cuando razona, se le imponen los mismos límites que si hiciera un uso privado de su razón y que, por tanto, no le queda otra que obedecer y cumplir las órdenes. El ciudadano sería, por tanto, un hombre autónomo, mientras que el súbdito sería heterónomo. Según Kant, no se conseguiría la auténtica Ilustración de la humanidad sin la ayuda del poder opresor de la ley. ¡Razonad todo lo que queráis, pero obedeced!, dice el lema de Federico II, recordando la insociable sociabilidad humana. De ahí, el reproche crítico de Hamann: ¿Para qué me sirve el traje de fiesta de la libertad, si en cada caso tengo que llevar el delantal de la esclavitud?

 

 

Deber (Sollen)

Necesidad de una acción por respeto a la ley moral. Por tanto, ninguna inclinación puede determinar moralmente la acción, pues anularía la libertad de la razón práctica (o voluntad). En cambio, ésta es libre cuando la fuerza que la obliga procede de ella misma, como lo expresa el imperativo categórico, el cual, en su segunda formulación, dice: “Actúa como si la máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza”.

 

Dignidad/conciencia moral

La dignidad humana la define Kant a partir de sus conceptos morales: un ser digno es aquel que, por ser libre, debe ser tratado siempre como un fin en sí mismo y nunca como un medio únicamente. Es decir, un ser con dignidad es un ser que aspira y que merece la Ilustración. En este sentido, la conciencia moral es la capacidad que tiene el hombre de darse cuenta, de ser consciente de la ley moral fundamental: el Imperativo categórico.

 

Entendimiento (Verstand)

Es la facultad de juzgar, es decir, de aplicar los conceptos a las intuiciones. A través del entendimiento “comprendemos” los objetos o fenómenos. Para ello, el entendimiento engloba un objeto o fenómeno bajo un concepto formando un juicio. Es la facultad que aporta las categorías o conceptos puros en la síntesis del conocimiento. En el texto ¿Qué es la Ilustración? tiene, sin embargo, un significado más amplio, equivalente a razón (definir aquí razón).

 

Hombre

Según Kant el hombre es un ser que pertenece a dos mundos. Por un lado, en cuanto ser físico, puede ser tratado como un fenómeno más dentro del conjunto de seres naturales sometidos al determinismo de las leyes físicas. Pero por el otro, el hombre es un ser que, como noúmeno, trasciende este mundo físico de la determinación causal. En este sentido no es un ser determinado, sino libre, es decir, con voluntad, de tal modo que es capaz de iniciar una cadena de acontecimientos novedosos a raíz de su propia decisión voluntaria.

 

Ilustración (Aufklärung)

Es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad. Esta minoría de edad consiste en la incapacidad del hombre que está sometido a la superstición, el oscurantismo y los prejuicios de servirse de su propia razón sin la tutela de otro. De ahí que el lema de la Ilustración sea: ¡atrévete a pensar! Quiere decirse que atreverse a usar la razón de forma autónoma (libre) significa actuar guiados, no por las inclinaciones (heteronomía), sino por la razón, por respeto al deber (imperativo categórico).

 

Libertad (Freiheit)

En sentido negativo (trascendental, cognoscitivo), independencia de todo lo empírico y, por tanto, de la naturaleza en general; es una forma de causalidad distinta de la causalidad de la naturaleza: es la capacidad de iniciar por sí mismo un estado o espontaneidad. En sentido positivo (práctico o moral), independencia de la voluntad respecto de la imposición de los impulsos de la sensibilidad; es autonomía de la voluntad: determinación de la voluntad por sus propias leyes.

 

Minoría de edad

Es un estado de la humanidad que se caracteriza por la falta de ilustración, es decir, un estado del hombre en el que éste queda sometido a la tutela de otros por entregarse a la superstición, el oscurantismo, los prejuicios y la fe irracional. Las causas de esta minoría de edad son: la pereza, la comodidad y la cobardía.

 

Razón (Vernunft)

a) En sentido amplio, conjunto de todas las facultades cognoscitivas y, por ello, es nuestra capacidad de análisis y crítica. Tiene dos usos: uno teórico, el que se aplica al conocimiento y que se interesa por cómo son las cosas; y otro práctico, el que se aplica a la vida moral, a la acción y que se interesa por cómo debemos actuar.

b) En sentido estricto, facultad de pensar (denken), razonar o englobar los juicios particulares en juicios más generales. Está en la naturaleza de la razón hacer síntesis cada vez más abarcadores hasta llegar a totalizaciones de la experiencia: las Ideas (alma, mundo y Dios).

 

Uso privado de la razón

Se trata del uso que alguien puede hacer de la razón cuando ocupa un cargo público o puesto civil. Este uso, a diferencia del uso público, debe estar limitado. Así, por ejemplo, un cura, en su ejercicio pastoral, no puede opinar de la religión lo que sea, sino que se tiene que someter a los preceptos de su religión y de sus superiores. Un oficial del ejército, cuando ejerce como tal, no puede cuestionar las órdenes de sus superiores, sino que tiene que acatarlas.

 

Uso público de la razón

El uso público de la razón, así como su uso privado, se refiere a cuándo y cómo podemos usar la razón con libertad. Se trata de ver la libertad que tenemos en el uso de la razón. Kant entiende por uso público de la razón aquel que alguien hace de ella en cuanto experto en un tema ante el gran mundo de los lectores (y oyentes y espectadores, añadiríamos nosotros hoy). Este uso debe ser completamente libre según Kant para que se dé la Ilustración.

 

Tutores

Son aquellas personas que piensan y deciden por mí, bajo el supuesto de que yo no soy capaz de hacerlo. Si depositamos la responsabilidad de pensar, decidir y actuar en otros (los tutores), quizá tengamos una vida más cómoda (¡quizá, no forzosamente!), pero será menos responsable y, por tanto, menos ilustrada… y, por supuesto, menos libre. Nos cuesta pensar por nosotros mismo, entre otras cosas, porque tendremos que responder de nuestro pensamiento. Los tutores son, pues, aquellos directores (o dictadores) espirituales que lejos de hacer que mi vida sea autónoma, introducen heteronomía en mi vida dirigiéndola.

 

Voluntad de todo el pueblo

Kant se inspira en la voluntad general de Rousseau. De ahí que hable de la voluntad del pueblo, que son las leyes que el propio pueblo se daría a sí mismo. Sin embargo, es un defensor del monarca ilustrado Federico II “El grande”. Esto es así porque Kant no le da importancia a la forma de gobierno, sino al modo de gobernar, y este rey gobierna republicanamente, es decir, según las leyes que el propio pueblo se daría a sí mismo (autonomía de la voluntad).