Kant

Textos complementarios de Filosofía de la Historia y Filosofía política

 
1. Educación y libertad
 
El hombre es la única criatura que ha de ser educada. Entendiendo por educación los cuidados (sustento, manutención), la disciplina y la instrucción, juntamente con la educación [formación]...
...La disciplina convierte la animalidad en humanidad. Un animal lo es ya todo por su instinto; una razón ajena le ha provisto de todo. Pero el hombre necesita una razón propia; no tiene ningún institnto, y ha de construirse él mismo el plan de su conducta. Pero como no está en condiciones de hacérselo inmediatamente, sino que viene inculto al mundo, se lo tienen que construir los demás. El género humano debe sacar poco a poco de sí mismo, por su propio esfuerzo, todas las disposiciones naturales de la humanidad. Una generación educa a la otra...
 
    La disciplina impide que el hombre, llevado por sus impulsos naturales, se aparte de su destino, de la humanidad... La disciplina es meramente negativa, esto es, consiste en la acción por la que se le borra al hombre la animalidad; la instrucción, por el contrario, es la parte positiva de la educación.   
    La barbarie es la independencia respecto a las leyes. La disciplina somete al hombre a las leyes de la humanidad y comienza a hacerle sentir su coacción. Pero esto ha de realizarse temprano. Así, por ejemplo, se envían al principio a los niños a la escuela no ya con la intención de que aprendan algo, sino con la de habituarles a permanecer tranquilos y a observar puntualmente lo que se les ordena, para que más adelante no se dejen dominar por sus caprichos momentáneos.
    ...Únicamente por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. No es sino lo que la educación le hace ser
    ...El que no es ilustrado es necio, quien no es disciplinado es salvaje. La falta de disciplina es un mal mayor que la falta de cultura; ésta puede adquirurse más tarde, mientras que la barbarie no puede corregirse nunca... Tras la educación está el gran secreto de las perfección de la naturaleza humana. (I. Kant, Pedagogía).
 
2. De la animalidad a la humanidad
 
 
De esta presentación de la primera historia del hombre se sigue que la salida del hombre del paraíso -que la razón se representa como la primera residencia de su especie- no fue otra cosa que la transición de la rudeza propia de una mera criatura animal a la humanidad, de la caravana del instinto a la guía de la razón; en una palabra, de la tutela de la naturaleza al estado de libertad... Esta marcha, que para la especie es un progreso de peor a mejor, no es lo mismo para el individuo. Antes de que la razón despertase, no había mandamiento ni prohibición, ni tampoco infracción; pero, cuando comenzó su tarea y, débil como es, llegó a inmiscuirse con la animalidad y todo el vigor de ésta, hubieron de surgir males y, lo que más irrita, con la razón más cultivada, vicios que eran por completo ajenos al estado de ignorancia, o sea de inocencia. (I. Kant, Comienzo presunto de la historia humana, 1786).
 
 
3. Eslóganes y consignas contra el ejercicio de pensar
 
 
El miembro de la jerarquía nazi más dotado para resolver problemas de conciencia era Himmler. Himmler ideaba eslóganes, cual el famoso lema de las SS tomado de un discurso de Hitler dirigido a dichas tropas especiales en 1931: "Mi Honor es Mi Lealtad", frases pegadizas a las que Eichmann llamaba "palabras aladas", y los jueces de Jerusalén [que le juzgaban] denominaban "vaciedades"... Eichmann únicamente recordaba uno de esos eslóganes, y lo repetía constantemente: "Estas son batallas que las futuras generaciones no tendrán que librar". Se refería a las batallas contra las mujeres, los niños, los viejos y "las bocas improductivas".
He aquí otras frases de Himmler...: "Haber dado el paso al frente y haber permanecido íntegros, salvo excepcionales casos explicables por la humana debilidad, es lo que nos ha hecho fuertes. Esta es una gloriosa página de nuestra historia que jamás había sido escrita y que no volverá a escribirse", "La orden de solucionar el problema judío es la más terrible orden que una organización podía jamás recibir", "Sabemos muy bien que lo que de vosotros esperamos es algo 'sobrehumano': esperamos que seáis sobrehumanamente inhumanos" (H. Arendt, Eichmann en Jerusalén).
 
4. La idea como principio motor de la especie
 
Una idea no es otra cosa que el concepto de una perfección no encontrada aún en la experiencia... La idea de una educación que desenvuelva en los hombres todas sus disposiciones naturales es sin duda verdadera...
    Se encuentran muchos gérmenes en la humanidad, y a nosotros toca desarrollarlos, desplegar nuestras disposiciones naturales y hacer que el hombre alcance su destino. Los animales lo realizan por sí mismos y sin conocerlo. El hombre ha de intentar alcanzarlo, pero no puede hacerlo si no tiene un concepto de él. La adquisición de este destino es totalmente imposible para el individuo... No son los individuos, sino la especie humana quien debe llegar a él. La educación es un arte, cuya práctica ha de ser perfeccionada por muchas generaciones. (I. Kant, Pedagogía).
 
 
5. El cogito plural
 
Sin libertad de pensar no hay razón, y el reino de la fuerza -cuya aurora el "genio" anuncia [ese tipo de hombre que por su "genialidad", como poseído por un arrebato casi divino, se siente por encima del resto de los mortales y, por tanto, exento de acatar las leyes que a todos incumbe cumplir] contiene en sí la negación de nuestra dignidad de seres razonables. En fin, lo que Jacobi niega es el descubrimiento más revolucionario y puede que tyambién el peor comprendido del criticismo [kantiano]: el cogito plural. Yo pienso = pensar en común. (A. Philonenko, Introducción al opúsculo kantiano ¿Qué significa orientarse en el pensamiento?).
 
6. Libertad de expresión y libertad de pensar
 
 
Se dice que la libertad de hablar o de escribir puede sernos arrebatada por un poder superior, pero no así la libertad de pensar. Ahora bien, ¿pensaríamos mucho, y pensaríamos bien, si no pensáramos, por decirlo así, en común con otros, quienes nos hacen partícipes de sus pensamientos y a quienes nosotros comunicamos los nuestros? Por ello, puede decirse que ese poder exterior que priva a los hombres de la libertad de comunicar públicamente sus pensamientos les arrebata también la libertad de pensar, el único tesoro que nos queda, a pesar de todas las cargas civiles, y lo único que puede aportar un remedio a todos los males que acompañan a esta condición. (I Kant, ¿Qué significa orientarse en el pensamiento?).
 
 
7. La insociable sociabilidad y la astucia de la Naturaleza
 
El medio del que se sirve la Naturaleza para lograr el desarrollo de todas las disposiciones [humanas] es el antagonismo de las mismas en la sociedad, en la medida en que ese antagonismo se convierte a la postre en la causa de un orden legal de aquéllas. Entiendo en este caso por antagonismo la insociable sociabilidad de los hombres... El hombre tiene una inclinación a entrar en sociedad... Pero también tiene una gran tendencia a aislarse; porque tropieza en sí mismo con la cualidad insocial que le lleva a querer disponer de todo según le place y espera, naturalmente, encontrar resistenci apor todas partes, por lo mismo que sabe hallarse propenso a ofrecérsela a los demás.
 
Pero esta resistencia es la que despierta todas las fuerzas del hombre y le lleva a enderezar su inclinación a la pereza y, movido por el ansia de honores, poder o bienes, trata de lograr una posición entre sus congéneres, a los que no puede soportar, pero de los que tampoco puede prescindir. Y así transcurren los primeros pasos serios de la rudeza a la cultura... y, mediante una continuada ilustración, conviértese el comienzo en fundación de una manera de pensar que, a la larga, puede cambiar la ruda disposición natural para la diferenciación moral en principios prácticos determinados y, de este modo, también la coincidencia de formar sociedad, patológicamente provocada, en un todo moral... El hombre quiere concordia, pero la Naturaleza sabe mejor lo que le conviene a la especie y quiere discordia. Quiere el hombre vivir cómoda y plácidamente, pero la Naturaleza prefiere que salga del abandono y de la quieta satisfacción, que se entregue al trabajo y al penoso esfuerzo para, por fin, encontrar los medios que le libren sagazmente de esta situación...
 
    El problema mayor del género humano, a cuya solución la Naturaleza le fuerza, consiste en llegar a una sociedad civil que administre el derecho en general... Sólo dentro del coto cerrado que es la asociación civil, esas mismas inclinaciones producen el mejor resultado; como ocurre con los árboles del bosque que, al tratar de quitarse unos a otros aire y sol, fuerzan a buscarlos por encima de sí mismos y de este modo crecen erguidos. (I. Kant, Idea de una historia universal en sentido cosmopolita, 4º y 5º principios, 1784).
 
8. Educación mejor que revolución
 
¿Qué rendimiento le va a aportar al género humano el progreso hacia mejor? No una cantidad siempre creciente de la moralidad en el sentir, sino de los productos de su legalidad en las acciones debidas, cualesquiera sean los móviles que las ocasionen... (Principio 9)
¿En qué orden únicamente se puede esperar el progreso hacia mejor? La respuesta es la siguiente: no por el curso de las cosas de abajo arriba, sino de arriba abajo. Esperar que mediante la educación... se llegase a formar no sólo buenos ciudadanos, sino dados al bien, capaces de sostenerse y progresar siempre, he aquí un plan cuyo logro parece difícil... También son hombres los que tienen que llevar a cabo esta instrucción, seres por lo tanto que deben ser instruidos a su vez para este menester; así que, con esta fragilidad de la naturaleza humana, y contando con la accidentalidad de las circunstancias que pueden favorecer semejante efecto, la esperanza de su progreso no podemos ponerla positivamente sino en la sabiduría que fluya de arriba abajo (la que, si invisible para nosotros, se llama Providencia), mientras que, por lo que respecta a los hombres mismos, a lo que en ellos podemos esperar y fomentar, no hay sino una sabiduría negativa que pueda servirnos, a saber, la que les obligue a que la guerra, el mayor obstáculo de la moral (pues no hace sino retrasarla), se haga poco a poco más humana, luego menos frecuente y,por último, desaparezca como guerra agresiva para, de este modo, implantar una constitución que, por su índole, sin debilitarse, apoyada en auténticos principios de derecho, pueda progresar con constancia hacia mejor. (Principio 10).

    La idea de una constitución en armonía con los derechos naturales del hombre, a saber, aquella en que los que obedecen a la ley, al mismo tiempo, reunidos, deben dictar las leyes, se halla a la base de todas las formas de Estado... Y esta constitución, una vez lograda en grande, como mejor se califica es porque mantiene alejada de la guerra, destructora de todo lo bueno; por esto constituye un deber trabajar por ella, y provisionalmente (puesto que no es realizable tan de pronto) obligación de los monarcas de gobernar en republicano (democráticamente) aunque reinen como autócratas, es decir, que deben tratar al pueblo según principios adecuados a las leyes de la libertad (tales como las que un pueblo de razón madura se prescribiría a sí mismo) aunque no se pida... un refrendo del pueblo. ((Principio 8). (I. Kant, Si el género humano se halla en progreso constante hacia mejor, 1789).
 
 
9. Libertad y orden coercitivo
 
 
Kant se plantea el problema de la relación entre las exigencias libertarias de la ilustración y el poder coercitivo del Estado. Y éstas son además, a mi modo de ver, la estructura y la intención de todo el tratado Contestación a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?, que encuentra así una apretada condensación en el fragmento que va desde "Para esta Ilustración únicamente..." hasta "...o función pública" [nuestro fragmento 4]. La solución que da Kant entre libertad y orden coercitivo... es la de un compromiso... ¿Por qué llega Kant hasta esta solución que, en cierta manera al menos, parece una retirada terriblemente conservadora del progresismo encarnado en la defensa de la ilustración?... Kant piensa que el desarrollo moral de la Humanidad sólo puede discurrir en una forma lenta y dentro de un orden. O, dicho de una manera más incisiva e hiriente por lo que tiene de enfrentamiento con la postura de Marx, Kant está convencido de que es necesario transformar primero interna y moralmente a la masa, lo cual sólo se consigue lentamente, para pasar después a la transformación del orden político y social establecido... Así, dentro del orden garantizado por una Constitución "despótoca", a la que hay que seguir obedeciendo por mucho que se la pueda criticar, el espíritu de la ilustración se va desarrollando y va transformando moralmente a la masa, hasta que ésta llega lentamente a estar madura para regirse por sí misma y a poder implantar una Constitución republicana a la que el Monarca, él mismo también ilustrado, ha de ceder. En un pasaje de La Paz perpetua (1795) leemos: "Un Estado puede ser regido ya republicanamente, aun cuando todavía, según la Constitución existente, tenga un poder despótico de gobierno. Hasta que poco a poco el pueblo se haga capaz de ser influido por la pura idea de la autoridad de la ley (como si ésta tuviese poder físico), y aparezca así como maduro para darse a sí mismo la legislación por la que ha de regirse (única forma de legislación que está originariamente fundamentada en el Derecho)"... Kant quiere la revolución sin revolucionarios... Si Kant optó por el "compromiso"..., por esa peculiar mezcla de conservadurismo y progresismo, fue porque estaba convencido de que la transformación moral de todos los individuos era la verdadera meta a realizar conscientemente, y de que ninguna revolución violenta podía traer como resultado esa transformación... Ese compromiso de Kant es también expresión de los verdaderos destinatarios de su Filosofía de la Historia como Teoría Crítica: todos los individuos, en cuanto seres dotados de razón moral, y no sólo una clase determinada de ellos. (E. M. Ureña, La crítica kantiana de la sociedad y de la religión. Kant predecesor de Marx y Freud).
 
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Contestación a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?

(I. Kant)