Antisemitismo,
darwinismo socio-racial
y eugenesia
(Cronología básica comentada
entre 1859 y 1933)
1900 Alrededor de este año, toda una corriente de pensamiento occidental recusa la herencia de la Ilustración y sus aspiraciones a la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad entre todos los seres humanos sin distinción. El criterio pasa a ser la Naturaleza, inigualitaria y violenta, que no conoce más que relaciones de fuerza. Justicia y “derechos humanos” son considerados “ilusiones humanitarias”. Racismo y darwinismo social fustigan a la democracia, ese “régimen de los débiles”, de los que el judío, esa antítesis del instinto y de la fuerza, es el heraldo. Ambos, combinados con el nacionalismo furibundo y la demonización de lo judío, acabaron produciendo un cóctel explosivo.
“No hay derechos del hombre, no más que derechos del armadillo de tres bandas o del gibón sindactilo, del caballo que se engancha o del buey que se come. […] La idea misma de derechos es una ficción. No hay más que fuerzas” (G. Vacher de Lapouge, en 1890; cit. por G. Bensoussan, Historia de la Shoah, p. 13).
¿Qué ha pasado para llegar ahí?
1859 Charles Darwin publica El origen de las especies por medio de la selección natural: la tesis de que en la lucha por la vida sobreviven siempre los más aptos es el principio sobre el que asienta su teoría. La obra alcanzó gran influencia en poco tiempo en medios intelectuales y populares. De ella cabía deducir que
“los hombres ya no éramos los hijos singulares de un Dios creador, dotados de alma y libertad desde el principio, sino más bien los vástagos de la ameba por medio de otros animales evolucionados en un medio hostil”.
Absoluta naturalización del hombre, pues, que lo sujeta a los parámetros deterministas dominantes en la época: la libertad, al igual que los derechos, se queda en mera ilusión.
“Desde entonces, la ‘naturaleza’, entendida antaño como ámbito de orden, armonía y equilibrio, pasó a ser un reino en continua evolución y en gran medida terrible y tiránica desde el punto de vista humanitario”. (ambas citas, de: E. Moradiellos, La semilla de la barbarie, p. 201).
En 1861, el mismo Darwin se sale del ámbito biológico para meterse de lleno en el antropológico e, inevitablemente, en el político, cuando dice cosas como ésta: “una cantidad incontable de razas inferiores serán eliminadas por las razas superiores civilizadas en todo el mundo”.
1864 El médico, anatomista y antropólogo Paul Broca descubre que la facultad humana de hablar se asienta en la tercera circunvolución del lóbulo frontal, llamada por eso “área de Broca”. Él mismo, atrapado en el supuesto de que las medidas craneales eran las claves de la inteligencia y de la jerarquización de géneros y razas, escribió la joya siguiente:
“En general, el cerebro es más grande en los adultos que en los ancianos, en los hombres que en las mujeres, en los hombres eminentes que en los de talento mediocre, en las razas superiores que en las razas inferiores. (…) A igualdad de condiciones, existe una relación significativa entre el desarrollo de la inteligencia y el volumen del cerebro. (…) Un rostro prognato [proyectado hacia delante], un color de piel más o menos negro, un cabello lanudo y una inferioridad intelectual y social son rasgos que suelen ir asociados, mientras que una piel más o menos blanca, un cabello lacio y un rostro ortognato (recto) constituyen la dotación normal de los grupos más elevados de la escala humana. (…) Ningún grupo de piel negra, cabello lanudo y rostro prognato ha sido nunca capaz de elevarse espontáneamente hasta el nivel de la civilización.” (tomado de: E. Moradiellos, op. cit., p. 198).
Paul Broca (1824-1880)
¿Puede exculparse a P. Broca de “los usos que muchos ideólogos racistas e incluso científicos con reputación hicieron de [sus] mediciones”, como si él no tuviera nada que ver con ellos?
[En 1772, el anatomista Johann Caspar Lavater inauguraba la pseudo-científica disciplina denominada Fisiognómica, cuyo principio es que la apariencia externa es fiel reflejo de la condición moral e intelectual de los individuos. De modo que la intuición aquella de que “la cara es el espejo del alma” aparece ahora avalada por un pretendido saber científico, lo cual hace posible, por fin, clasificar a los seres humanos y jerarquizarlos “científicamente”, esto es, inapelablemente.
En 1796, el médico anatomista alemán, Franz Joseph Gall inaugura, bajo el nombre de Frenología, la pseudo-ciencia según la cual la conformación del cerebro, que se refleja en la forma del cráneo, determina el carácter moral e intelectual de los individuos y de sus comportamientos.
Franz Joseph Gall (1758-1828)
A finales de siglo XIX, Vacher de Lapouge, hablando de la guerra del futuro, escribía lo siguiente, que aunque pudiera resultar bufo, a la vista de lo que acabó sucediendo décadas después, no cabe tomar a risa:
“Estoy convencido de que en el siglo próximo, los hombres se degollarán por millones por causa de uno o dos grados de más o de menos en el índice cefálico; por esta señal, que reemplazará el shiboleth bíblico y las afinidades lingüísticas, se reconocerán. […] Los últimos sentimentales podrán asistir a copiosos exterminios de pueblos” (citado por A. Pichon, La société pure. De Darwin à Hitler, p. 60).]
Georges Vacher de Lapouge (1854-1936)
1865 Con respaldos de tales prohombres científicos y tan fervientes divulgadores, cómo extrañarse de que el tufo racista lo vaya inundando todo: en los Estados Unidos se funda el Ku Klux Klan contra los negros y los judíos. Y los hay que sueltan perlitas como ésta (¡ay, las lagrimitas por la dignidad de la vida ajena!):
“La nobleza de los pieles rojas ya se ha extinguido, y los pocos que quedan son un hatajo de perros asustados que lamen la mano que les azota. Los blancos, por derecho de conquista, por justicia de civilización, son los amos del continente americano y la mejor manera de garantizar la seguridad de los asentamientos fronterizos pasa por la aniquilación total de los pocos indios que sobreviven. ¿Por qué no recurrir a ella? Su gloria ya les ha abandonado, su espíritu está roto, su hombría ya no existe. Para ellos sería mejor morir que vivir convertidos en los despojos que son”. (L. Frank Baum, en el periódico Dakota del Sur, entre 1888 y 1891; cita tomada del libro de C. Koonz citado a continuación).
Escribe Claudia Koonz: “Generaciones de lectores han adorado al firmante de esta declaración de principios, que no es otro que el autor de El mago de Oz.” (La conciencia nazi, p. 25).
El entrañable Lyman F. Baum, entre sus libros para niños, reposando de su agotadora inquietud por la dignidad de la vida de los pieles rojas.
1941 A mediados de octubre de 1941, cuando el ejército alemán llega a las puertas de Leningrado, Hitler se abandona a sueños colonizadores como éstos: "dentro de veinte años Ucrania contará ya con veinte millones de habitantes, distintos de los autóctonos. En trescientos años, ese país será uno de los jardines más hermosos del mundo (...) A los indígenas tendremos que laminarlos (...). Sólo tenemos un deber: germanizar ese país con la inmigración de los alemanes, y considerar a sus indígenas como a Pieles Rojas." (cit. por Enzo Traverso: La violence nazie. Une généalogie européenne, 2002, p. 82)
1867 El periodista Wilhelm Marr publica el libro La victoria del judaísmo sobre el germanismo. Su Liga Antisemita introdujo el eufemismo “antisemitismo” a fin de que el Judenhass u “odio a los judíos” pudiera ser discutido en la buena sociedad y estableció el primer movimiento político popular basado por completo en creencias antijudías; es decir, dispuesto a poner en práctica lo que hasta el momento había quedado en mera elucubración mental pseudo-científica. Su idea del antisemitismo se basaba en supuestas características raciales de los judíos frente a las religiosas. En 1879, había alcanzado su duodécima edición.
Wilhelm Marr (1819-1904)
Frente a estas doctrinas, hay que tener en cuenta siempre lo siguiente:
“Los judíos no pertenecen, por supuesto, a una raza diferente a las conocidas, ya que cualquier persona, sea cual sea su ‘sangre’ o cualquier otra característica biológica, puede llegar a ser judía mediante la conversión. Sin embargo se extendió la convicción de que los judíos formaban una raza aparte. […] Según esta perspectiva racista, los judíos no podían hacer nada para cambiar su identidad y carácter. Daba lo mismo si se convertían al cristianismo o mostraban un patriótico amor hacia su país. Según las creencias de los antisemitas racistas, un judío siempre era un judío y suponía una amenaza para las sociedades “superiores” no judías en las cuales vivía. El antisemitismo racial significaba que la misma existencia de la vida judía era un problema que exigía una solución.” (Crónica del Holocausto, p. 43).
1868 En su Historia de la creación de los seres organizados según las leyes naturales, el prestigioso Ernst Haeckel (formaba parte de noventa academias y sociedades científicas, alemanas e internacionales) adapta las tesis darwinistas a la antropología y a la sociología, dando lugar a lo que se conocería como “darwinismo social” o “darwinismo racial”, cuya tesis nuclear es que “el hombre no es sino el animal vertebrado más desarrollado y todos los aspectos de la vida humana tienen su paralelo en el reino animal”. Así, propone clasificar las razas humanas jerarquizándolas en un marco evolucionista, desde los negros, considerados cercanos al mono, hasta lo que, según él, era la forma humana más evolucionada, los Indo-Germanos (es decir, los alemanes, los anglo-sajones y los escandinavos). Como señala André Pichot, este aspecto de la obra de Haeckel lo dejan en silencio quienes se interesan por su figura, ya sea A. Huxley o la Unesco (cf. A. Pichot, La société pure. De Darwin a Hitler, p. 25-26).
Ernst Haeckel (1834- 1919)
“Los historiadores de las ciencias se preocuparán de la acción de la sociedad sobre la ciencia, lo que a veces consideran una ‘contaminación ideológica’ (a no ser que pretendan reducir la ciencia a un mero producto social).
En cambio, prácticamente nadie se interesa por la acción de la ciencia sobre la sociedad a través no de las técnicas, sino de las ideologías. O, si esto sucede, sólo se hace de manera muy general, a través del cientificismo, es decir, de ‘una ideología de la ciencia’ característica de tal sociedad en tal época. Pero a la ciencia, propiamente dicha, no se la considera productora de ideologías; a lo sumo puede, dada su candidez inmaculada, ser contaminada por éstas” (A. Pichot, op. cit., p. 28-29).
1869 El científico británico sir Francis Galton, primo y admirador de Darwin, publica El genio hereditario. Una investigación sobre sus leyes y consecuencias. Haciendo caso omiso a las desastrosas condiciones sociales origen de las perturbaciones psíquicas y comportamentales (enfermedades mentales, vagabundaje, alcoholismo, desviación sexual, etc.), incluso criminales, pretende contribuir al perfeccionamiento de la especie humana combatiendo tales degeneraciones desde un enfoque exclusivamente biológico, esto es, aplicando las leyes biológicas de la herencia, que era una de las obsesiones de la época. Así, enumera toda una serie de genealogías de jueces, hombres de Estado, escritores, científicos, músicos, pintores, etc. Como subraya A. Pichot, este proceder gozará de una larga posteridad, pues, nada menos que setenta años más tarde, el eugenista nazi y, aun así, científico reconocido Otmar von Verschuer (1896-1969) escribirá:
“La herencia de las dotes matemáticas es particularmente pronunciada. Se conoce el caso de la familia Bernouilli que, en tres generaciones, aportó ocho matemáticos notables […] Se puede hacer el seguimiento de los dones para las invenciones técnicas en la familia Krupp a través de tres generaciones. En la familia Siemens, entre catorce hermanos-hermanas, había tres (o cuatro) hermanos que fueron notables inventores y agraciados emprendedores. De los dones científicos eminentes, en particular para las ciencias naturales, se han repetido numerosas veces en la familia Darwin y Galton. Charles Darwin y Francis Galton eran primos. Su abuelo común Erasme Darwin concibió la idea fundamental de la doctrina de la evolución antes que Lamarck. Cuatro hijos de Darwin fueron hombres de ciencia célebres” (O. von Verschuer, Manual de eugenesia y herencia humana, citado por A. Pichot, op. cit., p. 194).
Francis Galton (1822-1911)
“Claro está que lo que sirve para la genealogía del genio vale también para la de la debilidad, de la perversión y del crimen. Para este tipo de caracteres hallamos también los inevitables estudios sobre gemelos sobre los que es inútil insistir, ya que han servido para todo y cualquier cosa”, comenta Pichot (cf. A. Pichot, op. cit., p. 192 y ss.).
Con tales ideas se está dando cuerpo a una nueva disciplina pseudo-científica, que en 1883 Galton denominará Eugenesia,
“doctrina que aspiraba a que las crías humanas recibieran mediante la herencia genética sólo los mejores rasgos de sus progenitores para mejorar, así, el capital racial de la descendencia, evitando mediante distintos recursos (principalmente la esterilización) la posible descendencia de individuos lastrados física o psíquicamente” (E. Moradiellos, op. cit., p. 203).
Lo que a Galton le espantaba era ver amenazado el bienestar social por la ilimitada capacidad para procrear del “incompetente, el enfermizo, el desesperado”. No puede extrañarnos que gozara de rápida popularidad y que, en gran parte del mundo occidental “civilizado”, empezaran a proliferar centros oficiales encargados de implantar medidas eugenésicas profilácticas.
El mismo dinero cuesta mantener a un discapacitado que a una familia de “pura raza”, 5,50 Reichmarks. (Dibujo animado producido por la Oficina de Propaganda del Tercer Reich).
Eso sí, si estas medidas pueden aplicarse a los individuos, también pueden aplicarse a las razas y otros tipos de grupos. No podrá extrañarnos que así acabe sucediendo.
1876 El médico italiano Cesare Lombroso funda la Criminología o Antropología Criminal con su estudio El hombre delincuente. Partiendo de los mismos supuestos que la Frenología y la Fisiognómica, trataba de probar, basándose en el estudio de delincuentes de Sicilia, que
“el criminal innato –-comenta E. Moradiellos-- llevaba en el rostro los síntomas físicos de su degeneración moral, asumiendo que la base de la alteración de la conducta social estaba en razones de tipo biológico. Y, por supuesto, esos síntomas físicos eran hereditarios e incorregibles.” (op. cit., p. 199).
Cesare Lombroso (1835-1909)
Su aportación al racismo no es la ningún ideólogo de segunda fila en la ciencia, como era Vacher de Lapouge. Véase cómo razona con argumentos pretendidamente científicos sobre la base racial de esos rasgos “anormales” y “atávicos”:
“Cuando se piensa que el bandidaje en Sicilia se concentra, casi todo, en aquel famoso valle de la Cuenca del Oro, donde las rapaces tribus beréber y semita tuvieron las primeras y más tenaces estancias, y donde el tipo anatómico, las costumbres, la política y la moral conservan una impronta árabe, (…) es fácil persuadirse de que la sangre de aquel pueblo conquistador y rapaz, hospitalario y cruel, inteligente aunque supersticioso, móvil siempre e inquieto y desdeñoso de freno, debe tener su parte en fomentar las súbitas e implacables sediciones, y en perpetuar el bandidaje (…)” (cita tomada de E. Moradiellos, op. cit., p. 200).
Para acabar de rizar el rizo en el que quedarán indisolublemente anudados la biologización de la política y el antisemitismo, resulta significativo el hecho, que no puede ser casual, de que
“muchos de los síntomas de degeneración física y corporal señalados por Lombroso para detectar al criminal innato fueran ya rasgos iconográficos aplicados al estereotipo del judío desde hacía muchos años: nariz ganchuda, mirada torva, mentón prominente, orejas puntiagudas, sudoración excesiva, manos húmedas, etc.” (E. Moradiellos, op. cit., p. 200; subr. nuestro)
1878 El alemán Adolf Stoecker funda el Partido Social Cristiano Antisemita, que exige la conversión de los judíos al cristianismo.
1880 250.000 alemanes firman una solicitud para que el gobierno impida el acceso de los judíos a las escuelas y universidades alemanas y a las oficinas de las administración pública.
1881 Eugen Karl Dühring publica en Alemania un libro antisemita, Die Judenfrage als Rassen, Sitten und Kulturfrage (El tema judío como problema racial, moral y cultural).
Eugen Karl Dühring (1833-1921)
“En las diversas teorías socio-darwinistas existe una dirección común: la de una ‘naturalización’ de la sociedad y una ‘cientificización’ de la sociología. Ambas van unidas, pues la cientificización de la sociología pasa lo más a menudo (si bien no exclusivamente) por la naturalización con la que se coloca a la sociedad bajo unas leyes tan determinadas e inflexibles como las que rigen la naturaleza. Estas supuestas leyes sociológicas en general están calcadas sobre las leyes de la biología darwinista, tanto que la sociología se convierte en una especie de ‘ciencia natural’ articulada a esta biología, su prolongación en el plano supraindividual.
La extensión de estos principios a la política resulta inmediata: tan pronto como la sociedad es colocada por la sociología bajo unas leyes tan determinadas e inflexibles como las de la naturaleza, la política debe tenerlas en cuenta al elaborar sus legislaciones, aunque sólo sea por razones de eficacia. Esas legislaciones políticas deben acomodarse a la naturaleza, a sus leyes y a su estricto determinismo. La política se convierte así en una auténtica ciencia, ajustada al movimiento natural del mundo. Es la época en la que para todo se invocan las ‘leyes de hierro’ de la naturaleza (en general las leyes darwinistas), especialmente cuando se pretende justificar el carácter despiadado de ciertas leyes político-sociales” (A. Pichot, op. cit. p. 48-49).
IMPORTANTE: Al leer todos estos textos de contenido crítico que vamos intercalando, hay que distinguir dos cosas: 1) Una es cuestionar las emanaciones ideológicas y las tentaciones políticas de la ciencia, y 2) otra es rechazar el discurso científico en cuanto tal, en el que juega un elemento esencial (sin el cual, no hablaríamos de ciencia) la crítica, la discusión crítica, tanto de los principios, de las teorías, como de las experiencias, etc.
En otros términos: criticar los intentos de basar la política en la ciencia, en concreto en la biología (y en particular en cierta biología), no equivale a rechazar la ciencia, sino sus pretensiones extra-científicas, muchas veces, como se puede constatar, auténticamente estrambóticas y, lo que es peor, muy peligrosas.
1881-1884 Violentos pogromos antisemitas barren Polonia, Ucrania y Rusia.
Víctimas del pogromo de 1881 en Rusia
1883 Sir Francis Galton, como ya dijimos antes (año 1869), acuña el término “eugenesia” para referirse a la modificación positiva de la selección natural mediante la reproducción selectiva de los seres humanos, bien promoviendo que las personas inteligentes y acordes con el canon de raza civilizada tuviesen muchos hijos (eugenesia positiva), bien evitando que las menos inteligentes y menos acordes con dichos cánones los tuviesen (eugenesia negativa).
¿De qué se trata en todas estas aportaciones ideológicas de científicos eminentes y segundones populares? Se trata de algo tan simple como peligroso, a saber: fundar la política sobre la biología. "¿Olvidaremos que éste es uno de las peculiaridades del nazismo?" (A. Pichot, op. cit., p. 18)
Como escribe E. Moradiellos:
“El consecuente enfoque ‘naturalista’ dejaba de lado las viejas nociones de conciencia, voluntad electiva y libre albedrío del individuo para centrar su interés en las inexorables leyes de ‘herencia’ y ‘determinismo’ que regían la vida de los ‘organismos’ humanos con una lógica fatalista y preprogramada. El hombre dejaba así de ser un agente consciente y dotado de voliciones y opciones libres para devenir un objeto de análisis donde cabía registrar las pulsiones y normas derivadas de la naturaleza inexorable de su propio organismo biológico.” (Op. cit., p. 197).
El ingeniero Theodor Fritsch publica Catecismo antisemita, manual de texto del movimiento antisemita durante muchos años, que le valdría al autor ser honrado por los nazis como su Altmeister (Viejo maestro). “Bajo fórmulas catequéticas bien conocidas por la población cristiana –escribe el historiador Enrique Moradiellos--, la obra de Fritsch destilaba consignas y obligaciones como las incorporadas en el ‘decálogo del racista’:
1. Enorgullécete de ser alemán y dedica todas tus fuerzas a la práctica de las virtudes inherentes a nuestro pueblo, el coraje, la fidelidad y la veracidad, e inspira y promueve estos sentimientos en tus hijos.
2. Debes saber que tú y todos tus hermanos alemanes, con independencia de su credo o fe, tenéis un enemigo común e implacable. Su nombre es el judío.
3. Debes mantener tu sangre pura. Considera un crimen devaluar la noble estirpe aria de tu pueblo mediante la mezcla con la estirpe judía. Porque debes saber que la sangre judía es resistente y crea una mancha en el cuerpo y el alma durante muchas generaciones.
4. Debes ayudar a tus compatriotas alemanes y apoyarles en todos los asuntos que no contradigan la conciencia alemana, sobre todo si están presionados por los judíos. Debes llevar a los tribunales cualquier ofensa o crimen cometido por los judíos de hecho, de palabra, por escrito, que llegue a tu conocimiento, para evitar que el judío abuse de las leyes de nuestro país con impunidad.
5. No debes tener relaciones sociales con el judío. Evita todos los contactos y encuentros con el judío y mantente tú y tu familia, especialmente tus hijas, lejos de ellos para evitar sufrir ninguna herida de sangre o de alma.
(…)
10. No debes usar la violencia contra los judíos porque no son merecedores de ella y va contra las leyes. Pero si un judío te ataca, aplasta su insolencia semítica con la ira germánica” (tomado de E. Moradiellos, La semilla de la barbarie, p. 231).
Se dieron algunos intentos críticos contra el principio de la lucha por la supervivencia, como el del anarquista ruso Piotr Kropotkin, quien, , entre 1890 y 1896, fue publicando artículos en los que destacaba, en la misma naturaleza, la ayuda mutua como factor evolutivo (los reunió y publicó en 1902 en El apoyo mutuo como factor de la evolución). En sus Memorias de un revolucionario, constata lo siguiente:
Piotr Kropotkin (1842-1921)
“Otra gran cuestión embargaba mi mente. Se sabe hasta qué punto la fórmula de Darwin, llamada lucha por la existencia, ha sido interpretada por sus partidarios en general, aun por los más inteligentes, tales como Huxley. No hay infamia alguna en la sociedad civilizada o en las relaciones de los blancos con las llamadas razas inferiores, o en las del fuerte con el débil, que no pueda encontrar su excusa en ella. (…) Hablé del particular a mis amigos; pero hallé que la interpretación de lucha por la existencia en el sentido del grito de guerra: ¡Ay de los vencidos! elevado a la altura de un mandato de la naturaleza revelado por la ciencia, estaba tan profundamente arraigado en este país, que se había convertido poco menos que en dogma.” (P. Kropotkin).
En 1910, Jacques Novicow publicará un durísimo ataque al darwinismo social titulado La crítica del darwinismo social, al que, como Kropotkin, opone los valores de la solidaridad, la cooperación y la ayuda mutua. Entiende que "al decretar que la competencia, la lucha por la vida y la selección son el motor de la evolución, el darwinismo, y sobre todo sus extrapolaciones a las demás ciencias (en especial a la sociología), ha justificado la guerra de todos contra todos y ha terminado con el pensamiento ilustrado y el humanismo liberal", escribe A. Pichot (Op. cit., p. 54). Esto escribe Novicow:
"El darwinismo social puede definirse como la doctrina que considera el homicidio colectivo como la causa del progreso del género humano" (citado en A. Pichon, loc. cit.)
1887 El orientalista Paul de Lagarde publica Judíos e Indogermanos, donde escribe:
"No se discute con la triquina o con el bacilo, no se educa a la triquina o al bacilo. Se los extermina lo más rápida y sistemáticamente posible" (Juden und Indogermanen).
1894 En Francia, un capitán judío de la armada, Alfred Dreyfus, es falsamente acusado y condenado por traición, por lo que la ola de antisemitismo francés alcanzó momentos de histeria. Dreyfus pasó casi cinco años en la Isla del Diablo antes de ser liberado y por último exonerado.
Alfred Dreyfus, en torno a 1890
En Francia el ataque a los judíos es liderado por Edouard-Adolphe Drumont y La Croix, un periódico de la Orden Asuncionista de la Iglesia católica.
El Alemania, el darwinista social Alfred Ploetz (1860-1940), psiquiatra suizo, describe la reproducción selectiva de los seres humanos como “higiene racial”, acuñando así el concepto de Rassenhygiene o ciencia de la higiene racial.
1896 La violencia antisemita junto con el asunto Dreyfus inspira a Theodor Herzl, un periodista húngaro sionista, la publicación de Der Judenstaat (El estado judío), un trabajo que respalda el sionismo.
Theodor Herzl (1860-1904)
1897 Se crea en Basilea, Suecia, la Organización Sionista Mundial. El líder sionista, Theodor Herzl, reclama la existencia de un estado judío.
El político antisemita Karl Lueger es elegido para la alcaldía de Viena como candidato del antisemita Partido Cristiano-Socialista. Hitler sentirá auténtica admiración por él.
1899 Se publica en Alemania Die Grundlagen des 19. Jahrhunderts (Los Fundamentos del siglo XIX), un libro antisemita de Houston Stewart Chamberlain. Sostiene que la historia de la humanidad es una continua batalla entre los judíos y los arios.
En Francia, se funda Action Française (Acción Francesa), un grupo antisemita.
“Para ese darwinismo racial, la supervivencia del más apto implica la apología de la violencia. La selección natural se vuelve un artículo de dogma legitimado por la “ciencia”: ésta avala el capitalismo salvaje, el colonialismo y el imperialismo de la época. Paralelamente, este discurso enseña que sólo la tradición y la raza hacen una nación. El judío está excluido de esta última porque es el símbolo mismo de la razón y del errante.
Para esta visión biológica del mundo, la selección es el concepto clave de la historia, la raza y la sangre son las únicas verdades de este mundo, la igualdad de los hombres es una quimera. El judío no tiene su lugar en ese neopaganismo, y nada, ni conversión ni 'mezcla', podría reducir la oposición fundamental de las dos'“razas', semítica y aria. La obcecación por la degeneración, la obsesión milenarista del fin de los tiempos, hacen de este antisemitismo pagano la base del discurso racista”. (Georges Bensoussan, Historia de la Shoah, p. 13).
A principios del siglo XX, el filósofo francés Jules Soury, traductor de E. Haeckel al francés, fundamenta su antisemitismo en presupuestos materialistas que hacen del mestizaje y la hibridación "pecados contra la sangre", dado que podrían desembocar en la destrucción de la raza superior y de su civilización si el Estado no pone su empeño y sus recursos en combatirlos; léase la siguiente perla:
“El producto fecundado del huevo de un ario o de un semita deberá reproducir los rasgos biológicos de la raza o de la especie, cuerpo y alma, con la misma seguridad que el embrión, el feto, el joven y el adulto de cualquier otro mamífero. Criad un judío en una familia aria desde su nacimiento (…); ni la nacionalidad ni el lenguaje habrán modificado ni un átomo de las células germinales de este judío, ni por consiguiente de la estructura y de la textura hereditaria de sus tejidos y sus órganos” (citado por E. Moradiellos, op. cit., p. 206).
Viñeta del periódico nazi Der Stürmer, de octubre de 1934. Su título: "La maldición en la sangre". La leyenda dice: "Todo pequeño judío crece para ser un judío"
1903-1906 Una segunda oleada de violentos pogromos antisemitas barre Polonia y Ucrania.
1904-1905 En 1904, Ernst Rüdin funda la “Revista de Razas y Biología Social”, considerado el primer periódico en el mundo sobre la eugenesia. En 1905 funda la “Sociedad para la Higiene Racial”, que más adelante añadiría el término “Eugenésica”. Su objetivo era que un grupo de “expertos” nombrados oficialmente revisara los niños recién nacidos a fin de decidir si el niño era racialmente aprovechable o tenía que ser eliminado de inmediato. ¿Su modelo racial? Las “razas nórdicas”. Por tanto, había que conseguir mantener la “pureza racial” evitando, para ello, la hibridación y el mestizaje.
Para fundamentar esto, se echó mano del poligenismo defendido por el anatomista escocés Robert Knox (Las razas humanas, 1850), que, en contra de la idea de que todos los hombres, y por tanto todas las razas, tienen un origen común (como por ejemplo sostiene el judaísmo en el Génesis) afirma que para cada raza hay un origen propio y exclusivo, con el consiguiente enfrentamiento con las demás y la consiguiente jerarquización entre ellas, en función del principio según el cual sólo los más capaces de adaptación en la lucha por la vida merecen sobrevivir e imponerse:
“Cada especie o raza tiene un cierto grado de antagonismo con las otras, con algunas más, con otras menos. Ellas nunca se cruzan; y, si un accidente origina un entrecruzamiento, finalmente se separan en sus elementos primitivos. La historia original de la humanidad es hasta ahora desconocida.” (Knox, cita tomada de: E. Moradiellos, op. cit., p. 204-204).
1905 En Alemania se funda la Sociedad Internacional para la Higiene Racial a partir de las teorías del darwinismo social y la reproducción selectiva de los seres humanos.
Midiendo la nariz de un hombre para determinar si tiene ancestros judíos. Los nazis utilizaron una amplia gama de tácticas y métodos para determinar los ancestros de sus potenciales víctimas.
Se publica en Rusia una versión revisada de los apócrifos Los Protocolos de los Sabios de Sión, las supuestas actas de una conspiratoria reunión secreta de los judíos para dominar el mundo.
1907 Debido a un juicio por difamación, “Moltke contra Harden”, sale a la luz la considerable homosexualidad existente en el ejército alemán y en el círculo más cercano al Kaiser. Este caso serviría más tarde a los nazis para justificar los ataques contra los homosexuales.
1907-1941 Unas 38.000 personas que sufrían desórdenes mentales fueron esterilizadas en instituciones mentales estadounidenses.
No es propaganda aria ni estadounidense. Nos hemos permitido ponerla en blanco y negro y cambiarle el idioma, que decía "Sí" y "No".
1910 En Gran Bretaña el secretario de estado del Interior, Winston Churchill, inspirado por las teorías “eugenésicas” de sir Francis Galton, solicita la esterilización de 100.000 ciudadanos británicos con degeneraciones o bien su internamiento en campos de trabajo.
"La lógica eugenista es una de las formas de esa cultura imperante en Europa occidental: los crímenes de los médicos nazis han hecho perder de vista la fuerte pregnancia de la ideología eugenista, iniciada por Galton, Pearson y otros a finales del siglo XIX. La distinción entre eugenismo positivo (mejorar la especie humana) y eugenismo negativo (restringir el derecho a la procreación y a la vida a una parte de ésta) no es satisfactoria sino en apariencia. En realidad una misma lógica de selección guía esas dos tendencias y llega en el siglo XX a cuestionar, para una parte de la humanidad, el estatuto mismo de ser humano.” (G. Bensoussan, ¿Auschwitz por herencia?, p. 14).
1917-1918 En abril de 1917, la Revolución soviética abroga en masa las medidas discriminatorias promulgadas por el imperio zarista: “zona de residerncia” del Báltico al Mar Negro y más de 150 leyes y decretos de naturaleza antisemita. Entre 1917-1918, el poder bolchevique confirma el estatuto de igualdad de los judíos con respecto a los otros pueblos de la futura unión, pero ya desde antes de su victoria en la guerra civil, pretende tutelar esa emancipación: el Bund es disuelto en 1919 y el movimiento sionista entra en la clandestinidad; la edición de libros y de diarios en hebreo queda prohibida en los años veinte, las escuelas talmúdicas y las sinagogas son cerradas (si bien esta última medida se inserta en el marco más general de la lucha antirreligiosa).
1918 Al acabar la Primera Guerra Mundial, Europa cuenta entre 9 y 10 millones de judíos. Sus núcleos más amplios son Polonia (3 millones), URSS (3 millones), Rumanía (1 millón) y Hungría (630 mil).
El proceso de emancipación iniciado en la Francia revolucionaria de 1791 aún no ha terminado en 1919, aun cuando los avances son reales. Mencionemos sólo los casos más significativos: Gran Bretaña en 1858, Austria en 1866, Hungría en 1867, Alemania en 1871, Rusia en 1917. En 1919, el tratado de Saint-Germain garantiza los derechos de minoría a los judíos austriacos. Sólo entre 1919 y 1923 otorga Rumanía carta de ciudadanía a los judíos.
" Durante el periodo de entreguerras la reserva espiritual y demográfica del judaísmo se sitúa entre Polonia, Hungría, Rumanía y Rusia. Ese mundo, debilitado por los pogromos rusos de 1881-1882 (que aceleraron las salidas hacia el oeste) y una sucesión de violencias abiertas, ha sido ganado lentamente por la modernidad de la Ilustración (Haskalá: las “Luces del interior” que nacen hacia 1740 en la comunidad judía de Berlín). Otros horizontes, distintos de la escuela talmúdica y el shtetl, se abren ante la juventud judía: el sionismo (I Congreso, 1897), la autonomía cultural (creación del movimiento socialista Bund en 1897), el socialismo revolucionario en fin, mientras que al mismo tiempo explota una efervescencia cultural en yiddish, en hebreo y en cada lengua nacional local." (G. Bensoussan, op. cit., p. 16).
Un ejemplo de esa vitalidad cultural y política es que, entre 1925 y 1935, en un medio tan hostil como Polonia (pogromos de 1919-1921), marcado por la inseguridad y la miseria social aparecen regularmente 250 diarios judíos y cada año se publican centenas de obras en hebreo y en yiddish (que en el 80% de los casos sigue siendo la lengua materna de los judíos polacos).
1918-1933 La política antisemita del gobierno polaco empuja a 60.000 judíos polacos a emigrar a Alemania.
Cartel polaco que afirma que "Los judíos son piojos; causan el tifus"
1919 Adolf Hitler se une el 12 de septiembre al Partido Alemán de los Trabajadores (DAP), de cuya junta fue invitado a formar parte, convirtiéndose rápidamente en el miembro más destacado (cuando ingresó, contaba con unos 50 miembros; para 1931, el número de miembros superaba los 800.000 y su ala para-militar (las SA, Fuerzas de Asalto y Camisas Pardas, organizada por Hermann Göring) era cuatro veces mayor que el ejército alemán).
1919-1921 Una tercera oleada de violentos pogromos antisemitas barre Polonia y Ucrania. En total murieron más de 60.000 judíos y muchos más resultaron heridos.
1919 En una carta particular sobre el “asunto judío”, Adolf Hitler utiliza el término “antisemitismo racional”, que vincula al completo alejamiento de los judíos. Esta “racionalidad” hay que entenderla en la misma clave que la “racionalidad científica” del racismo, el darwinismo social y la eugenesia. Eso sí, significa también “planificación” y “sistematicidad”:
"El antisemitismo con base emocional encontrará su última expresión en forma de pogromos; el antisemitismo racional, sin embargo, debe llevar a una oposición sistemática legal y a una eliminación de los privilegios especiales que tienen los judíos (…). Su objetivo final debe ser siempre el alejamiento (Entfernung) de los judíos por completo.
Solamente un gobierno de vitalidad nacional es capaz de hacer ambas cosas y nunca un gobierno de impotencia nacional. (Carta de Hitler a Gemlich del 16 de septiembre de 1919).
Estuche metálico con 20 bolas de vidrio de diferentes colores oculares. Fue utilizado por los nazis para identificar y clasificar a qué grupo racial pertenecía cada persona.
1920 El DAP adopta el nombre de Partido Alemán Nacional Socialista de los Trabajadores (NSDAP, National-sozialistische Deutsche Arbeiterpartei), a cuyos miembros se conoce como nazis.
La judeofobia de Hitler se halla en el centro de su visión del mundo, como se ve en el programa del NSDAP que Hitler establece en el mitin del 24 de febrero: retira a los judíos la ciudadanía (punto 4), los somete a la legislación para extranjeros (punto 5), les rehúsa el acceso al empleo público (punto 6), expulsa a aquéllos que hayan entrado en Alemania después del 2 de agosto de 1914 (punto 8).
“Alemania”. Situado entre los bustos de perfil y la leyenda con la palabra “Alemania”, el ataúd vaticinaba el negro destino que aguardaba a un Volk amenazado por los judíos. Este cartel apareció en la década de 1920. Las iniciales A. H. indican la intervención directa de Hitler en su diseño. (Reproducido en C. Koonz, p. 37)
1920 Se funda en Palestina una milicia judía: Haganá (Defensa).
1921 En el congreso del NSDAP, Hitler obtiene el liderazgo del partido, con poderes dictatoriales.
Para satisfacción de Hitler, el industrial americano Henry Ford dio mucha publicidad positiva a Los protocolos de los Sabios de Sión en los años 20. Para Hitler, cuya lógica antisemita le llevó a pensar que la acusación de ser una falsificación constituía la “prueba” de que Los protocolos eran verdaderos, este “documento” se convirtió en una “justificación del genocidio”. (Crónica, p. 48).
1922 Se crea la Jungsturm Adolf Hitler (Fuerza de Asalto Juvenil A. H.), que, en 1926, cambiarán su nombre a Hitler Jugend (Juventudes hitlerianas). Se crea la Stosstrupp Adolf Hitler (Fuerza de Choque A. H.) como guardia personal de Hitler. Será el núcleo de la posterior Schutzstaffel (SS), creada en marzo de 1923.
Benito Mussolini establece un gobierno fascista en Italia.
El 24 de junio, Walter Rathenau, el Ministro de Asuntos Exteriores judío de Alemania es asesinado por miembros de la Organización Cónsul.
El 24 de julio la Sociedad de Naciones otorga el mandato de Palestina a Gran Bretaña, garantizando así la inmigración judía.
1922-1933 En Nuremberg (Alemania) se profanan 200 tumbas judías.
1923 La moneda alemana pierde todo su valor debido a una inflación galopante (en noviembre el cambio es 1 dólar USA por 4.000 millones de marcos).
Muchos alemanes se sienten furiosos y profundamente humillados por haber ocupado Francia y Bélgica la zona del Ruhr al no haber cumplido Alemania, en quiebra, su obligación anual de pagar las reparaciones de guerra para saldar su deuda de 31.000 millones de dólares:
“En unas notas que preparó a finales de la primavera de 1923 para un discurso titulado ‘Política y raza’, Hitler respondía a la pregunta: ‘¿Por qué debemos destruir al judío?’ con un llamamiento a proteger la ‘moralidad alemana, las costumbres alemanas, el sentido de la justicia alemán, la religión alemana, etc.’. La situación en el país era desoladora. Francia y Gran Bretaña exigían los pagos compensatorios adeudados, mientras soldados franceses ocupaban la industrial cuenca del Ruhr. La hiperinflación había llevado al marco alemán, que se cambiaba a 4 por dólar en 1914 y a 17 por dólar en 1919, a cambiarse a más de cuatro billones por dólar. Los comunistas y las milicias de ultraderecha alborotaban en las calles. Esa crisis diplomática, económica y política había destruido por completo la confianza del pueblo en la República de Weimar” (Koonz, La conciencia nazi, p. 39).
Aparece el primer número de Der Stürmer (El Asaltante), un periódico pronazi antisemita en Nuremberg (Alemania). Su eslogan es “Los judíos son nuestra desgracia” (Die Juden sind unser Unglück). [Según censo de 1925, es difícil creer que los judíos fueran la desgracia de Alemania: sumaban 564.379, o sea, el 0.9% de la población total]. El gobierno de Weimar prohibirá su publicación en noviembre de este año 1923.
Obsérvese la imagen tópica que el nazismo tiene del judío
El notable antisemita y fascista Arthur Moeller van den Bruck publica Das Dritte Reich (El Tercer Reich), un libro que influirá considerablemente en Hitler.
En Berlín se queman casas de judíos.
En marzo se crea el Schutzstaffel (SS, Escuadrón de Protección). Empezó siendo la guardia personal de Hitler, pero se convirtió en una guardia de élite armada del Tercer Reich. Esta organización terrorista nazi, completamente leal a Hitler y encabezada por Heinrich Himmler, sería la encargada de poner en práctica la eliminación de todos los judíos (lo que eufemísticamente llamaban la “Solución final al problema judío”).
Fracaso, en noviembre, del golpe de Estado que Hitler intenta en Munich (el “putsch de Munich”), que deja al Partido Nacional Socialista temporalmente malparado y da lugar al arresto de Hitler.
1924 Tras el juicio, sólo estuvo en prisión nueve meses (durante los que dictó a su leal secretario Rudolf Hess las divagaciones que compondrían su libro Mi lucha) gozando además de varios privilegios de judicatura. Comenta Claudia Koonz:
“Comparada con las sentencias dictadas contra marxistas acusados de alta traición, que iban de los quince años de cárcel a la cadena perpetua, la condena a cinco años con la que castigaron a Hitler quedaba en poco más que en una reprimenda” (La conciencia nazi, p. 42).
A lo que esta misma autora añade en nota aparte:
“Entre el final de la guerra y el inicio del juicio contra Hitler, en Alemania se cometieron 376 asesinatos políticos; de los cuales 354 fueron cometidos por individuos de derechas contra izquierdistas; de éstos, 326 fueron absueltos. De los 22 acusados de asesinar a derechistas, 10 fueron condenados a la pena capital” (p. 321).
Esta acusada parcialidad de los jueces da idea del clima entonces imperante.
El 4 de mayo, en las elecciones al Reichstag (parlamento), los nazis obtienen el 6,6 % de los votos.
1925 Un gran mitin celebrado en Munich (Alemania) el 27 de febrero, al que acudieron 4.000 personas, supone el relanzamiento del partido nazi.
El 24 de marzo se reanuda la publicación del periódico antisemita Der Stürmer (que había sido prohibido en noviembre de 1923).
El tópico del judío acaparador
Hindenburg es elegido, el 26 de abril, presidente de la República de Weimar.
En junio, el Protocolo de la Convención de Ginebra prohíbe el uso de gases tóxicos, asfixiantes o de otro tipo en tiempo de guerra, así como la guerra bacteriológica.
En julio, se publica la obra de Adolf Hitler Mein Kampf (Mi lucha).
“Hitler argumenta en Mein Kampf que la ley natural es la ley de la eterna lucha en la cual la guerra es el medio de llegar a la grandeza. Además, Hitler afirmaba que había otras dos leyes naturales: las leyes de la herencia y de la autopreservación. Según Hitler la naturaleza rehúye la mezcla de especies en la reproducción. También preserva al más fuerte y elimina al más débil. La vida humana no está exenta del implacable proceso permanente de la naturaleza que siempre favorece al más fuerte. Sin embargo, la diferencia crucial es que los seres humanos pueden saber –deben saber—que su existencia individual y social se desarrolla en un campo de lucha sin fin. Por eso los fuertes no flaquearían ante la idea de abrazar un principio que a los ojos de Hitler era evidente: la supervivencia nacional dependía, precisamente, de la agresión y la violencia. Hitler insistió en que era crucial el hecho de que la supervivencia y la tendencia a la perfección de un pueblo dependen de la geografía. Para un pueblo vital y para la pureza de su forma de vida es esencial poseer tierra suficiente. Para alcanzar la grandeza y el espacio requeridos puede ser necesario utilizar medios brutales. El espíritu de un pueblo se pone a prueba si se requiere del mismo que aplique la máxima fuerza para someter a sus enemigos.
El judío ruso, novela antisemita de Fritz Reuter que se publicaba por entregas semanales. Obras como ésta llegaron a ser muy populares entre los fanáticos derechistas. (Crónica, p. 40)
Como Hitler se inspiró de forma selectiva en el darwinismo social y en la teoría racial que tenía sus raíces en el siglo XIX, la relación entre esa forma de ver el mundo y su antisemitismo racial no eran difíciles de reconocer. De hecho estos componentes estaban interrelacionados porque Hitler pensaba que la naturaleza y la historia forman una unidad. No sólo hay razas diferentes que deberían mantenerse separadas tanto como las diferentes especies se encuentran separadas por la naturaleza, sino que también algunas razas humanas crean cultura y otras la destruyen. Estos enemigos, pensaba él, están involucrados en una lucha por la supervivencia del más fuerte. Según Hitler, en la cima de las razas que crean cultura está la ‘raza superior’ nórdica aria alemana que merece dominar a las razas ‘inferiores’. Según su punto de vista, la superioridad racial del pueblo alemán se encontraba especialmente amenazada por la ‘polución’ racial. Por ello, los polcaos, rusos, ucranianos y otros pueblos eslavos al igual que los alemanes ‘con defectos’ y otros ‘asociales’ (por ejemplo, los discapacitados mentales y físicos, homosexuales y criminales comunes) se convertirían en blanco de Hitler. Los judíos, el enemigo racial que Hitler consideraba más peligroso, encabezaban su lista de objetivos. (…) Según Hitler los judíos saqueaban, subvertían e infectaban el mismo pueblo que merecía dominar el mundo. Siguiendo su ejemplo, la propaganda nazi retrataba a los judíos por lo menos de tres formas: como conspiradores internacionales antialemanes, como criminales y como una enfermedad que amenaza la vida. El pueblo alemán tenía que combatir a esos ‘destructores de la cultura’ de una vez por todas (…) A medida que se desarrollaba la ideología nazi, crecía el entendimiento de que esta forma de vida se basaba en el ultranacionalismo enfatizado en la ‘pureza racial’ alemana y el antisemitismo. También necesitaba una dictadura de partido único, una economía controlada por el estado junto a un anticomunismo feroz y, con el tiempo, la expansión imperialista agresiva del territorio alemán mediante la guerra” (Crónica del Holocausto, p. 39-40).
1926 Se crea la Sociedad Americana Eugenésica para fomentar las teorías del darwinismo social.
Las Jungsturm de A. Hitler (la Fuerza de Asalto de A. Hitler) cambian su nombre a Hitler Jugend (Juventudes hitlerianas).
Convención del partido nazi en Nurenberg en 1937. Los miembros de la Hitlerjugend saludan a Adolf Hitler, quien afirmó, entre otras cosas, que “cultivamos una juventud ante la que temblará todo el mundo. Quiero una juventud que sea capaz de ejercer la violencia, que sea autoritaria, inflexible, cruel.”
(Auschwitz-Birkenau. Historia y presente, Museo de Auschwitz-Birkenau).
1927 Se profanan los cementerios judíos de toda Alemania por los seguidores nazis.
En Rumanía se establece la organización antisemita Legiunea Arhanggelhelului Mihail (Legión del Arcángel Miguel).
En Alemania, a fin de “arianizar” a la cristiandad alemana y acabar con la influencia de los judíos en la vida religiosa del país, se funda la Glaubensbewegung Deutscher Christen (Movimiento de Fe de los Cristianos Alemanes).
En Oradea (Rumanía) se destruyen varias sinagogas durante los levantamientos contra los judíos organizados por estudiantes rumanos.
El 77 % de los estudiantes de Prusia, sintiéndose amenazados por los logros intelectuales y comerciales de los judíos, exigen una “legislación aria” que excluya a los judíos de los partidos, federaciones y de toda la vida pública.
Este libro infantil, diseminado por la propaganda antisemita entre los jóvenes alemanes, se titula No puedes fiarte de un zorro en un brezal ni del juramento de un judío. Tampoco la ilustración deja nada libre a la imaginación.
El 10 de marzo, el gobierno de Weimar de Alemania levanta a Hitler la prohibición de hablar en público (impuesta al condenarle por el 1, el gobierno de Weimar de Alemania levanta a Hitler la prohibición de hablar en público (impuesta al condenarle por el putsch de 1923).
El 4 de julio, Joseph Goebbels publica el primer número del antisemita Der Angriff (El ataque).
1928 Se establece en Alemania el Instituto Kaiser Wilhelm de Antropología, Genética humana y Eugenesia.
"Si el poder que regula la vida y la registra como un objeto de ciencia ya no tiene la función de matar, el racismo reintroduce en el Estado moderno un corte entre lo que debe vivir y lo que debe morir. Por el bies de la clasificación y de la jerarquía (¿una vida vale lo que otra?), éste reintroduce el poder de muerte. Entre mí y el otrro, la relación ya no es guerrera, sino biologizada: para que yo viva, él debe morir. Éste es el inicio de la eugenesia puesta al servicio del Estado. Biologizar al enemigo: tal es la condición para hacerlo desaparecer. El racismo no es entonces un simple 'odio' de unas razas contra otras o la expresión exacerbada de un desprecio. No es tampoco una nueva ideología: ligado al poder sobre la vida, él es una cara asesina más directa. Por eso la constatación moral o las llamadas reiteradas a la 'tolerancia' y a la 'comprensión entre los hombres' son ciertamente respetables, pero dejan en la sombra nuestras estructuras de funcionamiento más ocultas y más interiorizadas" (G. Bensoussan, ¿Auschwitz por herencia? , p. 170).
El 20 de mayo los nazis obtienen en las elecciones al Reichstag el 2,6 % de los votos y 12 escaños.
1929-1939 Tiene lugar otra oleada de aliya (emigración) de judíos a Palestina.
1929 Se funda la Liga de Médicos Alemanes Nacional-Socialistas preocupados por la eugenesia.
Vidas sin esperanza. Así representaba la propaganda nazi a los pacientes de las instituciones mentales.
[En agosto de 1933 (con Hitler en el poder desde hace meses), el filósofo Martin Heidegger pronuncia un discurso en el Instituto de Anatomía patológica de Friburgo, en el que hace algunas importantes consideraciones sobre la medicina y los conceptos de “sano” y “enfermo”:
Lo que la medicina entiende por ‘enfermedad’ dependerá enteramente de aquello que con anterioridad definió como la esencia de la salud. Lo decisivo y sorprendente consiste ahora en que la esencia de la salud jamás ha sido definida en todos los tiempos ni en cada pueblo de la misma manera. Los griegos, por ejemplo, entienden por ‘sano’ el estar preparado y fuerte para actuar dentro del Estado. Quien ya no cumplía las condiciones de este actuar ya no podía contar tampoco con la ayuda del médico ni siquiera en caso de ‘enfermedad’.
Martin Heidegger
A diferencia de la concepción griega, en la concepción y creencia cristiana acerca del mundo es precisamente el exceso de sufrimiento y dolor el que se entiende por salud, o sea aquel estado que prepara y dignifica para la vida beata en el más allá. La felicidad y el bienestar terrenales, sin embargo, son por sí solos lo enfermizo e insano.
Para el mundo moderno burgués, la salud significa la permanente persistencia del bienestar físico. Ello tuvo como consecuencia que la medicina y el oficio del médico a menudo han ido decayendo en meras técnicas para erradicar y aliviar los estados de enfermedad. (…)
Ahora mismo, el pueblo alemán está reencontrando su propia esencia y se está volviendo a dignificar para su gran destino. Adolf Hitler, nuestro gran Führer y canciller, ha creado mediante la revolución nacionalsocialista un nuevo Estado, a través del cual el pueblo tendrá que volver a asegurarse la permanencia y persistencia de su historia. Esta revolución no ha sido obra de seres humanos que sólo querían derrumbar lo existente o destruir lo viejo o incluso aniquilar lo presente, sino que es la obra de seres humanos que aspiran a un nuevo orden espiritual y que desde la más profunda responsabilidad actúan por el destino de su pueblo. Cada pueblo lleva su primera garantía de autenticidad y de grandeza en su sangre, en su tierra y en su crecimiento corporal. Si pierde este bien o si sólo lo debilita considerablemente, todo esfuerzo de política de Estado, todo saber económico y técnico, todo actuar espiritual carecerá a la larga de utilidad y de meta.” (trad. de Julio Quesada en: Heidegger de camino al Holocausto, p. 71-73; cf.: Emmanuel Faye: Heidegger, l’introduction du nazisme dans la philosophie, le livre de poche, p. 173 y ss.).
Sensacionalista representación de los enfermos mentales, que reforzaba la ideología nazi acerca de quiénes merecían vivir. Mostrados como “idiotas”, eran escondidos y aislados. Sus días estaban contados.
Conviene recordar que, cuando Heidegger pronunció este discurso, el mes anterior, concretamente el 14 de julio de 1933, Alemania acababa de aprobar la Ley para la Prevención de Descendencia con Enfermedades Hereditarias que estipula la esterilización de padres y madres “incapaces” potenciales, igual que la eutanasia de los “defectuosos” y de las “bocas inútiles”.
Propaganda nazi en la que se muestran diferentes tipos raciales; a los judíos los presenta como "bastardos" raciales. Según la ideología nazi, los judíos eran la antítesis de los alemanes y la escoria del planeta.
Conviene recordar que el gobierno (el mismo que dirige ese Estado alemán que está haciendo la revolución espiritual de la que Heidegger habla en su discurso) afirma que esas personas tienen una lebensunwertes, es decir, “vida no merecedora de ser vivida” (esta ley fue respaldada por la Sociedad Americana de Eugenesia); que el 1 de junio Alemania introduce la ley para la Reducción del Desempleo que proporciona préstamos a favor del matrimonio y otros incentivos para alemanes ‘puros’ genéticamente; que el 10 de mayo se queman libros que se consideran de ‘espíritu anti-alemán’, la mayoría de ellos judíos, frente a la Universidad de Berlín y en toda Alemania; que el 25 de abril la ley restringe la matrícula de judíos en escuelas e institutos de Educación Superior en Alemania; que el 11 de abril el mismo gobierno alemán impone las primeras sanciones de empleo y económicas contra los judíos que, en general, se consideran basadas en el concepto de raza perjudicial; que el 7 de abril Hitler aprueba decretos que excluyen a judíos y otros no arios de la práctica de la abogacía y la jurisprudencia y de trabajos como funcionarios; que el 1 de abril el gobierno alemán instituye el primer boicot oficial a abogados, médicos y comerciantes judíos; que el campo de Dachau llevaba abierto desde marzo.]. No está de más recordar que, a partir de 1933, un cine de propaganda recalca la idea de que es por compasión por lo que hay que poner fin a las vidas "indignas de ser vividas". Y que, en octubre de 1939, Hitler redacta la orden por la que se establece una "muerte misericordiosa" a los "incurables", enfermos mentales y epilépticos (si bien la ley alemana no fue modificada a tal efecto, como recuerda Bensoussan; ver su Historia de la Shoah, pp. 57 y 58). ¡De nuevo las lágrimas por la dignidad de las vidas ajenas!
El historiador Saul Friedländer hace la siguiente observación: "Desde que se puso en práctica la política de esterilización hasta el fin aparente, en agosto de 1941, de las prácticas de eutanasia --y el desencadenamiento de la Solución final, más o menos por las mismas fechas--, las medidas adoptadas conmtra los minusválidos y los enfermos mentales, por un lado, y, por el otro, contra los judíos se desarrollaron paralelamente. Sin embargo estas dos políticas tenían orígenes y objetivos diferentes: mientras que la esterilización y la eutanasia tendían exclusivamente a aumentar la pureza de la Volksgemeinschaft [sociedad étnico-popular] y se basaban en cálculos de coste y beneficios, la segregación y el exterminio de los judíos --sin dejar de constituir igualmente un proceso de purificación racial-- representaban ante todo la lucha contra un enemigo activo y temible, al que se consideraba capaz de poner en peligro la propia supervivencia de Alemania y del mundo ario: nada menos que un enfrentamiento apocalíptico." (Saul Friedländer, Les années de persécution. L'Allemagne nazie et les Juifs (1933-1939), ch. 3, al final).
Alfred Rosenberg funda la antisemita y anti-bolchevique Liga para Luchar por la Cultura Alemana, que se dedica a la erradicación del “arte degenerado”.
El atleta afroamericano Jesse Owens en las Olimpadas de Berlín de 1936 ganando 4 medallas de oro y fastidiando a los teóricos del darwinismo socio-racial.
El 20 de enero Hitler nombra a Heinrich Himmler Reichsführer-SS.
3-4 de agosto: se celebra un mitin con motivo del Día del Partido Nazi en Nuremberg, al que acuden más de 100.000 personas.
Convención del Partido nazi en Nuremberg
Un motín árabe ataca a los judíos en Jerusalén: el 24 de agosto asesinan a 70. Se extiende la violencia a otras partes del país.
Octubre: Viernes Negro en la Bolsa de Nueva York.
El gobierno del SPD (en coalición con partidos burgueses) contaba con cómoda mayoría: 289 escaños de un total de 450; los comunistas cuentan con 50 y los nazis con 12.
Durante el invierno de 1929-1930, Alemania alcanza la cifra de más de 3 millones de parados (el 14 % de la población activa). Kershaw señala que, teniendo en cuenta a los parados a corto plazo, la cantidad asciende a 4 millones y medio.
1930 Esta crisis económica no sólo puso en juego al Gobierno, sino también al sistema del gobierno, la naturaleza propia del Estado.
“La democracia de Weimar no se había ganado nunca (…) los corazones y las mentes de gran número de alemanes. (…) En Alemania el ‘espacio político’ estaba abierto a la penetración nazi por la fragmentación previa del apoyo a los partidos del centro y de la derecha. Por eso, allí la crisis económica planteó desde el principio una crisis fundamental del estado. El campo de la batalla fue, desde el principio, el propio estado. Eso era lo que quería Hitler” (Kershaw, Hitler (I), p. 434-435).
Primavera: Crisis de Gobierno, que dimite.
Hindenburg nombra canciller (o primer ministro) a Brüning, quien gobernará con un gabinete minoritario.
Verano: Campaña electoral.
“Durante el verano de 1930 la campaña electoral fue adquiriendo un tono febril. Su dirección [en el NSDAP] corrió a cargo de Goebbels, siguiendo directrices amplias trazadas por Hitler (…) El tema dominante era la lucha contra la desintegración de la vida política alemana en un ‘montón de intereses especiales’. Dos años antes, la prensa había ignorado mayoritariamente al NSDAP. Ahora los camisas pardas se abrieron paso hasta las primeras páginas. Era imposible ignorarlos. El alto grado de agitación (sazonada con violencia callejera) les situó en lugar destacado en el mapa político. (…) Mil actos públicos por lo menos saturaron durante la campaña la Alta y la Media Franconia. Las autoridades de la zona esperaban grandes avances electorales nazis, dándose cuenta de lo atractiva que resultaba su agitación, enraizada en el descontento por la ‘incapacidad de los parlamentos para arreglar la economía’ y la simpatía que despertaba la idea de una ‘modificación radical de la situación en los asuntos políticos’ (…).
A principios de la década de 1920 los discursos de Hitler habían estado dominados por virulentos ataques a los judíos. A finales de esa década el tema central pasó a ser la cuestión del ‘espacio vital’. En la campaña electoral de 1930, Hitler apenas habló explícitamente de los judíos. Las toscas diatribas de principios de 1929 se pasaron por alto del todo. Figuró más destacadamente el ‘espacio vital’, planteado en contraposición con la competencia internacional alternativa por los mercados. Pero no fue algo omnipresente como lo fue en 1927-28. El tema clave ahora era el colapso de Alemania bajo la democracia parlamentaria y el régimen de partidos, convertida en un pueblo dividido por intereses contrapuestos y diferenciados, una crisis que sólo podía superar el NSDAP creando una nueva unidad de la nación que trascendiese clases, estamentos y profesiones.” (Kershaw, Hitler (I), p. 450-451).
Hjalmar Schacht, financiero y presidente del Reichbank, comienza una duradera relación con los líderes del Nacional Socialismo, proporcionándoles abundantes fondos.
En Yugoslavia, los nacionalistas croatas fundan Utasa (Insurgentes), una organización que asesinaría a más de 500.000 serbios y 20.000 gitanos durante la Segunda Guerra Mundial
2 de septiembre: Hitler llega al cargo de líder supremo de las SA (Tropas de Asalto). Fomentará y utilizará su falta de escrúpulos.
14 de septiembre: nuevas elecciones al Reichstag, en las que los Comunistas obtienen 77 escaños y el Partido nazi pasa de 12 a 107, el 18 % de los votos (6,4 millones), convirtiéndose en el segundo mayor partido político de Alemania. El canciller Brüning sigue sin mayoría.
Noviembre de 1930: Frits Clausen funda en Dinamarca una organización filonazi, el Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Daneses.
1931 Joseph Goebbels ordena a los miembros del partido que se dirijan a Hitler como Führer (Guía). El jefe de las SS, Heinrich Himmler, y Richard Darré fundan el Rasse-und-Siedlungshauptamt (RuSHA, Oficina General de la Raza y la Repoblación).
Josef Göbbels, ministro de Propaganda nazi
12 de septiembre: en la Noche del Año Nuevo judío, los nazis atacan a los judíos en la avenida Kurfürstendamm de Berlín, cuando regresan a casa de la sinagoga.
El 11 de octubre, el industrial alemán Alfred Hugenberg forma el Frente de Harzburg, una alianza entre el NSDAP, el Partido Popular Nacional Alemán, el grupo Casco de Acero, la Asociación Global de Alemania y las llamadas asociaciones patrióticas.
El 14 de diciembre se funda en Holanda una organización política filonazi, el Movimiento Nacional Socialista.
1932 Los nazis fundan el Movimiento de la Fe de los alemanes cristianos, cuyo objetivo es fomentar la furia del nacionalismo alemán con exhortaciones al antisemitismo, anticatolicismo y antimarxismo.
Se establece en Holanda un grupo de combate filonazi, Tropas de Asalto.
Se publica el libro antinazi I saw Hitler! de la periodista americana Dorothy Thompson, que se muestra muy crítica con el Führer, por lo que será expulsada de Alemania en 1934.
[Como muestra del delirio reinante, el profesor Ernst Bergmann publica en ese año de 1934 Veinticinco puntos de la religión alemana. En ella declara que Cristo no fue judío, sino un guerrero nórdico que murió a manos de los judíos, cuya muerte salvó al mundo de la dominación judía; Adolf Hitler sería, así, el nuevo Mesías enviado a la tierra para salvar al mundo de los judíos.
Ese mismo 1934 empiezan las obras de restauración de Wewelsburg, una fortaleza del siglo XVII que se encuentra en lo alto de un precipicio en Westfalia (Alemania). La fortaleza será utilizada por Himmler y las SS como un castillo místico, con toda una biblioteca de 12.000 volúmenes y un centro de investigaciones raciales.]
El 26 de enero de 1932 Hitler se gana a los empresarios alemanes con un discurso en el Círculo Industrial de Düsseldorf. Así lo recogía el diario La Vaguardia del 28 de enero, con una noticia fechada el 27 de ese mes:
“Un discurso de Hitler - Berlín, 27. — Ayer ,en Dusseldorf, el señor Hitler pronunció un discurso ante los re –presentantes de la gran industria. El industrial señor Hothysen, parece que se declaró de acuerdo con Hitler. Según un diario comunista, el señor Hitler declaró que estaba dispuesto a pagar las deudas de Alemania al extranjero con más puntualidad de la que han dado muestras hasta ahora los Gobiernos que se han sucedido en Alemania. — Fabra”
Diario La Vanguardia, 28 de enero de 1932
No todos recibieron con aplausos a Hitler: la izquierda se manifestó en contra. Así lo recoge el mismo diario:
“Manifestación contra Hitler - Berlín, 27. — Hitler llegó a Dusseldorf, donde se hospedó en el Club de la Industria del Oeste Alemán, celebrando con los Miembros más caracterizados de su partido una reunión privada.
La presencia del jefe racista produjo gran efervescencia entre los elementos de izquierda de Dusseldorf, quienes se situaron por algunos millares frente al susodicho centro, dando grandes gritos de «Abajo Hitler». La policía tuvo que hacer uso de las porras para dispersar a los manifestantes. — Fabra.”
El 25 de febrero se concede la ciudadanía alemana al austriaco Hitler.
El 13 de marzo: nuevas elecciones presidenciales. Hindenburg obtiene 19 millones de votos, Hitler recibe 11,3 millones y Thälmann (comunista), 3,7 millones.
El 10 de abril, en la segunda vuelta de las elecciones para la presidencia de Alemania, Hindenburg, que ya era titular del cargo, derrota a Hitler.
Tras esta derrota de Hitler, el Ministro del Interior, Groener, prohibió las SS y las SA.
Debido a discrepancias entre el presidente Hindenburg y el canciller Brüning, éste es destituido el 30 de mayo de 1932.
El 1 de junio, Hindenburg nombra nuevo canciller al oficial Franz von Papen, quien forma un gobierno de aristócratas reaccionarios que, el 14 de junio, levanta la prohibición sobre las Tropas de Asalto nazis o SA.
Las Tropas de Asalto hitlerianas o SA (Sturmabteilung)
Hindenburg convoca nuevas elecciones al Reichstag.
Durante la campaña electoral, Hitler hizo que una oleada de terror recorriera el país, con el resultado de que, tras las elecciones del 31 de julio, en el nuevo Reichstag (con 608 escaños) se sentaron 230 nazis, 133 socialistas y 89 comunistas. Los nazis han obtenido el 37,4 % de los votos (que ascienden a 13.750.000). Son el partido más fuerte y Hitler aspira a ser canciller.
Pero el presidente Hindenburg le ofrece, el 13 de agosto, la vicecancillería, que Hitler rechaza. Von Papen se ofrece para formar coalición con él, que Hitler rechaza rotundamente: quiere todo el poder.
Von Papen, el canciller, vuelve a convocar elecciones para el Reichstag, que se celebraron el 6 de noviembre.
En ese momento, se cuentan en Alemania 5 millones de parados.
Octubre: los nazis, que ya gobernaban en la región de Dessau, echan a la escuela de diseño de Bauhaus fuera de la ciudad, realzando así su rechazo al arte y a la estética vanguardistas.
6 de noviembre: elecciones al Reichstag, las últimas libres antes del ascenso de Hitler al poder. El apoyo electoral a los nazis cae al 33,1 % (2 millones de votos menos y 34 escaños menos, que pasan a 196).
[Comenta Dietrich Swanitz:
“El destino parecía volver a dar a Alemania otra oportunidad. Hitler estaba desesperado y Goebbels anotó en su diario lo deprimidos que estaban todos, convencidos de que habían desaprovechado su oportunidad. Pero el destino volvió a permitir que los acontecimientos condujeran a Alemania hacia el abismo” (Dietrich Swanitz, La cultura. Todo lo que hay que saber, p. 275).]
El 1 de diciembre de 1932 el canciller von Papen y el general Schleicher, que entre tanto se ha convertido en ministro de Defensa, ofrecen a Hindenburg su apreciación de la situación. Papen quiere gobernar sin contar con el Parlamento (Reichstag) y, apoyado por el ejército, instaurar una constitución autoritaria; por su parte, Schleicher cree que esto podría conducir a la guerra civil, por lo que propone enfrentar a Hitler con el ala izquierda del partido nazi, agrupado en torno a su rival Otto Strasser (quien rechazaba abiertamente la pretensión de Hitler de identificar la “idea” o proyecto nacional-socialista con su “persona”) y, así, divididos los nazis, Schleicher confiaba en poder formar un gobierno con apoyo parlamentario. Hindenburg tenía pánico a una guerra civil y nombró canciller a Schleicher, cuya maniobra fracasó.
En Alemania se cuentan ya 6 millones de parados.
1933: 4 de enero: Hitler y el antiguo primer ministro von Papen se reúnen en secreto para hablar del futuro de Hitler en el gobierno alemán. De esta manera, comenta Dietrich Swanitz ,
“el destino hizo que el bendito retroceso del partido nazi en las últimas elecciones se transformase en una maldición: la pérdida de votos provocó que Hitler estuviese dispuesto a llegar a un acuerdo y que aceptase la oferta de Papen que antes había rechazado: una coalición” (op. cit., p. 275-276)
En efecto, Hitler acepta formar coalición con von Papen, pero con la condición de ser él el canciller, y no Papen.
El 28 de enero, Schleicher dimite como canciller.
El 30 de enero, el presidente Hindenburg nombra canciller a Hitler y a Papen, vicecanciller:
“La suerte está echada –comenta Swanitz--. Raras veces alguien ha hecho algo con tan funestas consecuencias. Estos dos diletantes, Schleicher y Papen, jugaron con fuego y prendieron fuego al mundo” (op. cit., p. 276).
Los nazis se refieren a este hecho como Machtsergreifung (Toma del Poder).
[En la Noche de los cuchillos largos (entre el 30 de junio y el 2 de julio de 1934, cuando el régimen nazi llevó a cabo una serie de asesinatos políticos) los nazis quitarán de en medio al general Schleicher.]
Hitler forma coalición con Hugenberg, líder del Partido Popular Nacional Alemán. Sólo hay en el gobierno dos ministros nazis, si bien controlan áreas claves en relación con la próxima campaña electoral: Göring, sin cartera (por tanto, con competencias en todas las áreas), y Frick, ministro de Interior, que controla la policía.
Hitler, que sólo cuenta con el 33 % de los escaños, convoca elecciones al Reichstag para el 5 de marzo. Sumando el poder intimidatorio del Estado, bajo el mando de su ministro de Interior, Frick, y el terror de las SA, sembró el pánico y el caos en Alemania.
27 de febrero: Incendio del Reichstag, cuya autoría aún se desconoce.
28 de febrero: Hitler declara el estado de excepción (que se prolongó hasta 1945), prohibió el Partido Comunista, encarceló a sus 100 diputados y reprimió su prensa. Un berlinés fue castigado, por ser comunista, con 50 latigazos y 50 más por ser judío.
5 de marzo: Elecciones al Reichstag. De un total de 647 escaños con que cuenta el Parlamento, la coalición Hitler-Hindenburg consigue 340 (288+52), y la oposición 307 (el centro, el Partido Socialdemócrata, el Partido Comunista y un par de pequeños partidos burgueses).
Pese a contar con mayoría, Hitler pide una ley que le permita gobernar sin el Parlamento durante cuatro años.
9-10 de marzo: Las SA, las llamadas Tropas de Asalto del partido nazi, y una organización nacionalista compuesta por veteranos de la Primera Guerra Mundial (Stahlhelm) empiezan una oleada de disturbios contra los judíos alemanes.
El 22 de marzo se establece el primer campo de concentración, Dachau, al sur de Alemania. Antes de 1945 los nazis construirán más de 1.000 campos, lo que da idea del lugar central que ocupa en su proyecto la destrucción de una parte inmensa de la población alemana y, en general, europea. Los campos no fueron un elemento secundario de su política ni un "daño colateral" de la Segunda Guerra mundial.
23 de marzo: El Reichstag aprueba el Ermächtigungsgesetz (Acta de Capacitación) que otorga al gobierno de Hitler poderes dictatoriales. Hitler promete que el crecimiento artístico de Alemania se alimentará de “sangre y raza”.
Hornos del crematorio II de Auschwitz-Birkenau, resultado de cruzar "sangre y raza"
Es oportuna la reflexión que propone Claudia Koonz en su libro La conciencia nazi. Se pregunta lo siguiente: “¿Qué fue lo que transformó a unos alemanes de a pie, que antes de 1933 no habían demostrado tener más prejuicios que cualquier otra población, en espectadores indiferentes (y en colaboradores) de la persecución?" (p. 29). Páginas antes, recuerda la autora que, según permiten colegir los archivos, las memorias y los relatos orales, parece claro que “las actitudes alemanas respecto a la ‘cuestión judía’ empezaron a apartarse de las normas comunes en la Europa occidental y en Norteamérica sólo tras el acceso de los nazis al poder”. En otros términos, “aunque la mayoría de alemanes compartía un antisemitismo ‘educado’ o ‘culto’, frecuente en la Europa occidental y en Norteamérica, desaprobaba las furiosas diatribas nazis y sus tácticas de pogromo” (p. 28). Lo cual le permite a la autora establecer la siguiente premisa: “Los alemanes no se hicieron nazis porque fueran antisemitas, sino que se hicieron antisemitas porque eran nazis” (p. 27). El cambio drástico que se produjo en los alemanes entre 1933 y 1939 “no se materializó por el extremismo de Hitler y algunos de sus máximos dirigentes, sino por la creación de un vago consenso, una ‘estructura latente’ que era ‘no tanto producto de leyes e instrucciones como cuestión de espíritu, de visión compartida, de consonancia y sincronización’” –escribe (p. 28), citando a Raul Hilberg--. Este consenso se consiguió simplificando hasta la estupidez los graves problemas que acuciaban a la sociedad alemana, simplificación inseparable del hecho de plantear el asunto de la ciudadanía alemana en términos raciales (Volkgenossen) y de convertir el antisemitismo en la causa y la explicación de todos los males. Así, “los judíos que pertenecían al mundo académico asistían con desolación a la exaltación que muchos de sus apreciados colegas hacían de conceptos simplistas y primitivos del Volk como los ideales ‘elementales’ de la ‘auténtica’ alma germánica”, escribe la autora (p. 29), citando al filósofo Karl Löwith.
"Los gestos exagerados de Hitler guardaban relación con el lenguaje corporal al que recurrían los actores del cine mudo. Que autorizara la comercialización de estas seis postales indica que Hitler quería que las fotografías alcanzaran un aura de objetos de devoción. Sus ademanes pétreos presentan unos rasgos relacionados con su mito de führer: la piedad, la devoción y la firmeza." (Claudia Koonz, op. cit., p. 40)
En ello desempeñó un papel clave el modo de proceder de Hitler, quien si bien hacía comentarios despectivos sobre los judíos, “no invertía su inmenso capital político –escribe Koonz (p. 30)— en divulgar las medidas que llevarían a la práctica la limpieza étnica que se encontraba en la base de su programa”. Hasta los más vehementes entendían que la ira contra los judíos podía resultar electoralmente contraproducente, de manera que tenían que ser otros los procedimientos para captar a los más moderados. Goebbels, demostrando hasta qué punto hay comparaciones que carga el diablo, abogaba por una propaganda cuya persuasión fuera tan sutil como el gas: “la mejor propaganda es la que opera de manera invisible, penetra en todos los aspectos de la vida sin que la gente se dé cuenta de la iniciativa propagandística”.
"'Idiota tullido. Postrado para siempre en su cama'. Más que despertar la compasión del espectador, esta y otras imágenes mostradas en las sesiones de diapositivas a las Juventudes Hitlerianas pretendían despertar el rechazo ante personas que, supuestamente, consumían recursos públicos que podían usarse en miembros más producitvos del Volk" (C. Koonz, op. cit., p. 182)
En este sentido, todas las teorías raciales y eugenésicas pretendidamente científicas que proliferaron desde finales del siglo XIX habían de contribuir a presentar como evidencias indiscutibles las creencias antisemitas, el darwinismo socio-racial y las prácticas eugenésicas; de este modo, la reeducación racial o la eliminación de los débiles y tullidos aparecían como una exigencia del conocimiento, y no de la propaganda. En esta línea, Hitler se presentaba como “predicador de la moralidad comunitaria entre los miembros del Volk”, popularizando un “concepto de virtud étnica que, en sus múltiples variaciones, expulsó de manera irrevocable a los alemanes estigmatizados como extranjeros del universo de obligación moral de sus conciudadanos” (p. 31). En otros términos, los alemanes “arios” no tenían por qué sentirse obligados para con los alemanes comunistas, minusválidos y judíos.
Para evitar la estupidez de creer, consciente o inconscientemente, que el mundo está tan bien equilibrado que el malvado (o, en todo caso, el oponente) es siempre por lo menos torpe o tonto, merece la pena citar extensamente el inicio del segundo capítulo, titulado “La política de la virtud”:
“Por más incredulidad que suscite concebir a Adolf Hitler como profeta de la virtud, en ello radica precisamente el secreto de su inmensa popularidad. Es muy probable que el lector moderno considere que sus interminables discursos resultan soporíferos, exaltados y engañosos. Pero para sus seguidores, desengañados por la bancarrota de la democracia liberal, eran reveladores. En los albores de su carrera, el futuro führer daba muestras de una excepcional habilidad para detectar los anhelos espirituales y políticos más profundos de sus audiencias. Al responder a la sensación de impotencia nacional de los alemanes, así como a su deseo de contar con unos líderes políticos en los que poder confiar, Hitler se convirtió en un predicador político de la virtud. En tanto que opositor en la década de 1920, y en calidad de canciller del Volk a partir de enero de 1933, cultivó una imagen elevada, imparcial, ensalzando la superioridad étnica del Volk ario y presentándose a sí mismo como el modelo mismo de las virtudes que enaltecía: el epítome de la devoción desprendida, de humildes orígenes, abstemio y de hábitos frugales.” (p. 35).
Hemos iniciado este viaje preguntándonos
¿Qué ha pasado para llegar ahí?
La pregunta que nos tenemos que plantear ahora es esta otra:
¿Hemos salido realmente de ahí?
(pincha en las imágenes de aquí abajo)
Placa en ladino del Memorial de Auschwitz-Birkenau
Rincón de la cita
Si el hombre no se origina ya sino a partir de sí mismo, las condiciones están reunidas para que, cuando la vida humana ha desaparecido, sólo subsista la vida biológica. Más allá del pueblo judío, la catástrofe de Auschwitz enseña a todos los hombres que aniquilar la humanidad de la persona humana no impide a la vida desnuda el perpetuarse; y que ya no hay concordancia entre lo político y la conservación de una vida de seres humanos cuando lo político no es más que la gestión de una vida reducida a lo biológico.
Auschwitz rubrica la pretensión que tiene la especie humana de remodelarse cuando la criatura, autoinstituida creadora, decreta "inútil para el mundo" a una parte de la creación. (...)
A escala de una gran nación, el nazismo constituye así la primera realización del bio-poder. A partir de ahora ubicada en el puesto de mando de lo político, la biología anula en cada hombre la vida humana para no dejar subsistir en él sino su "vida sin más". (Georges Bensoussan).
Nuestro proyecto,
¿Qué es un hombre? La degradación de la persona en el Holocausto judío,
ha superado la primera fase, la autonómica:
¡Seleccionados en Extremadura!
(...)
En cambio, no hemos sido seleccionados
en la fase nacional.
Quizá en otra ocasión.
Aun así, seguiremos estudiando la Shoá y
organizando el mini-Congreso
cada 27 de enero.
Reconocimiento al IES Francisco de Orellana
por el mini-Congreso sobre
¿Qué es un hombre?
La degradación de la persona
en el Holocausto judío.