El proyecto De la investigación al minicongreso: ¿Qué es un hombre? La degradación de la persona en el Holocausto judío ha recibido la Mención de Honor en el 1er  Premio “Oscar Arnulfo Romero” de Educación en Derechos Humanos de España.

Rincón de la cita

Paul Celan (1920-1970)

Quien bajo la –-falsa-– excusa de que hay que dejar en paz a los muertos sigue contemplando el crimen contra el que está vivo, ese es también un criminal. Y con ello escarnece a todos los muertos.

 

Emil Ludwig Fackenheim (1916-2003)

Ciertamente, toda esta huera palabrería sobre "corderos hacia el matadero" y los Judenräte "colaboracionistas" se deriva no sólo de un no saber nada sobre el asalto que fue el Holocausto, sino también de un no querer saber, es decir, resulta más cómodo culpar a las vícitmas.

 

Nuestro viaje a Cracovia y a Auschwitz

Las huellas judías y el holocausto nazi en Cracovia y Auschwitz

Entrada al campo principal Auschwitz-I con la leyenda Arbeit macht frei / El trabajo libera (foto tomada a las 5 de la tarde del 25 de octubre de 2014)

 

El viaje a Cracovia y a Auschwitz se concibe como culminación de un proceso de aprendizaje; en modo alguno como visita turística.

Viniendo de la c/ Jagiellonska, ocupada por residencias judias desde mediados del s. XIII. La universidad Jaguellonica (fundada en el s. XIV, la más antigua de Polonia) fue comprando esas propiedades hasta 1469, entre ellas las sinagogas, para instalarse en el sector. A la derecha, el Collegium Novum, edificio del s. XIX que alberga la Sala Copérnico

 

Sólo después de haber estudiado cómo el nacional-socialismo alumbró y desarrolló el plan de aniquilación sistemática y total de la judería europea es posible llegar a percibir la desolación de Auschwitz-I y Auschwitz-II más allá de los tópicos que las películas, no todas de buena calidad, han dejado en nuestras retinas. Sin conocer la catástrofe que allí alcanzó su consumación es muy elevado el riesgo de convertir la visita en mero entretenimiento, cuando no en homenaje narcisista por el hecho de que no vivimos en esa época, como si realmente hubiéramos dejado atrás los demonios que la incubaron.

Centro de la Cultura judía, en la esquina de la plaza Nowy con la c/ Meiselsa.

Antigua casa de oraciones Bne Emuna construida en 1886

 

En efecto, llevar a buen puerto este proyecto ha chocado con la descalificación de quienes, so pretexto de que hay otros males actuales tan graves como aquél, si acaso no más, intentan disuadir de estudiar el III Reich y la Shoá a los alumnos y a sus padres, así como a aquellos profesores que quieren hacerlo. Es así. Y como muestra, lamentable y muy ilustrativa, las primeras frases de la chirigotá [sic] aquí enlazada que, destrozando una canción de Zaz, nos ha dedicado una profesora, oculta tras la cámara y arropada por otra y por un grupo de alumnos a los que, sin escrúpulos, arrastró a la "broma": "J'en ai marre de la Shoah, je n'en veux pas..." / "Estoy harta/o de la Shoa, no la soporto...".


Antes de entrar en la Librería Española de Cracovia, que también visitamos

 

Para que no quedase duda del cariz de su quehacer educativo, hizo lo mismo otra vez, poniendo de nuevo de pantalla a otros alumnos y subiendo a la red su desahogo. La chirigota, manera de poner en solfa al poder, ha devenido, por obra y gracia de esta profesora, en chirigotá, un modo de hacer mofa con las victimas, si acaso no de ellas. Algunos, no obstante, todavia creemos que hay cosas, como el homicidio y, más aun, el asesinato masivo de, además, gente inocente, que no deben ser convertidas en objeto de mofa, bajo ningún concepto.

Fotografías de deportadas a Auschwitz, asesinadas con tantas otras

 

Pero, ya se sabe, la víctima incomoda, siempre, por definición: no encaja, no es oportuna ni pertinente; es, más bien, inoportuna e impertinente. Si además insiste en recordarnos esta condición suya, se vuelve insoportable; llega incluso a ofrecerles a ciertos avispados "analistas" la ocasión propicia de descubrir al culpable de su mal: ella misma. Así, todo queda resuelto: ¡que se calle y deje de incordiar! Y si habla, que sea para pedir perdón por ser tan desagradable.

En el museo de Auschwitz-I, escuchando las explicaciones de la guía

 

"Se oye decir a veces --escribía Vladimir Jankélévitch hace más de treinta años-- que los deportados, los judíos, los resistentes comienzan a cansar a sus contemporáneos evocando con demasiada frecuencia Auschwitz y Oradour. Nuestros contemporáneos, al parecer, ya tienen suficiente. De buen grado --añade-- querrían que se hablara de otra cosa".


En el museo de Auschwitz-I, ante una muestra de los zapatos amontonados de las víctimas

 

Mucho nos tememos que, de muchos de los gestos por la tolerancia y la solidaridad con los que se nutre la buena conciencia imperante, lo único que vaya quedando sea un puro espectáculo que, como tal, necesita renovarse para continuar. Según esta lógica, las víctimas acaban, como todo lo demás, caducando y se vuelven desechables. Y es que, ay, sin dicha logica, el espectáculo no podría seguir y se marchitaría la fiesta.

Detalle de una fotografía del museo de Auschwitz. ¿Cómo decretar que ha caducado el dolor que su mirada refleja?

 

Razón de más, claro está, para seguir en el empeño de recordar a las víctimas, y hacerlo más allá del espasmo sentimental y la lágrima fácil, tan telegénicos ambos... y tan cercanos a la mofa y el insulto.

Esperando entrar en la Farmacia bajo el Águila, sita en la plaza de los Héroes del Ghetto. Su propietario, el Dr. Pankiewicz, ayudó a los judíos durante el periodo del gueto nazi.  Recibió la medalla de los Justos en 1983

 

Ni que decir tiene que no son incompatibles ambos intereses, por las víctimas de antaño y por las de ahora. Muy al contrario, conocer la ideología nazi y los mecanismos que la hicieron real permite adiestrar el olfato –al menos este es uno de nuestros objetivos-- para detectar ya en sus balbuceos el odio al otro ser humano, aunque este odio se enmascare con las galas más deslumbrantes y se bañe en las fragancias más exquisitas. Las exquisiteces, en efecto, suelen ser los disfraces con los que tapa sus vergüenzas un antisemitismo en acción que se empeña en no reconocerse tal.

Siguiendo las explicaciones de la guía en Auschwitz-I

 

Por todo ello, sólo tras haber dedicado tiempo a estudiar la Shoá tenía sentido desplazarse a los lugares del horror. De hecho, algunos de los alumnos que viajaron habían participado durante tres cursos en las actividades dedicadas al Holocausto que culminaban en el mini-Congreso sobre la Shoá.

Siguiendo las explicaciones de la guía sobre las letrinas de Auschwitz-Birkenau

 

El viaje duró cinco días, de los cuales dos se fueron en la ida y la vuelta. Los tres días restantes se organizaron según el principio de que vislumbrar siquiera la persecución, el despojo y la destrucción de los judíos que los nazis llevaron a cabo sólo es posible si antes se conoce algo de la vida que palpitaba en una ciudad como Cracovia. Únicamente cabrá esperar que se atisbe algo de la magnitud de la catástrofe si se sabe que en el momento en el que los nazis pusieron en marcha su plan aniquilador vivían en Cracovia 64.000 judíos (de una población de 250.000 habitantes), de los que, en 1945, sólo quedaron unos 3.500. Hoy no llegan a mil los judíos practicantes en Cracovia.

En la Sinagoga Vieja (s. XV), una de las más antiguas de Polonia y la primera de Cracovia

 

Y la mejor manera de saberlo es recorrer las calles de la ciudad en las que la comunidad judía vivió. De ahí el título del proyecto: Las huellas judías y el holocausto nazi en Cracovia y Auschwitz.

Poco antes de iniciar el recorrido por el campo de Auschwitz-I, ante la puerta principal

 

    I) El primer día lo dedicamos a visitar la ciudad de Cracovia, haciendo hincapié en aquellos lugares (barrios, calles, edificios) de marcada significación judía.

La Iglesia de Santa Ana (del s. XVIII) da nombre a la calle en la que está, antes llamada calle de los judíos. Se levanta en el sitio del pogromo de 1407

 

    II) El segundo día lo destinamos a: 1) conocer el barrio de Kazimierz, en el que los judíos se asentaron a partir del s. XIV y que debe su nombre al rey Casimiro III el Grande (1333-1370), benefactor suyo cuando en el resto de Europa eran violentamente perseguidos.

Patio interior tradicional de una vivienda judía en el barrio de Kazimierz

 

Y 2) visitar el ghetto de Cracovia, en el barrio de Podgorze, en el que los judíos fueron confinados para desplazarlos después a los campos de exterminio, Auschwitz en primer lugar. Entre otros lugares significativos del ghetto, visitamos el museo en que ha sido convertida la antigua Fábrica de Schindler.

Escuchando las explicaciones de la guía en el interior de la fábrica de Schindler, hoy museo

 

    III) El tercer día, tras haber callejeado por una ciudad tan rica en huellas judías como Cracovia, viajamos a Oswiecim para recorrer el campo de Auschwitz-I y su museo y el campo Auschwitz-II.

Alumnos en el museo de Auschwitz-I tomando fotos de las fotos de los deportados

 

Para ello, contamos con dos personas que nos guiaron en Cracovia y en Auschwitz, además de una guía que habíamos elaborado nosotros mismos para esta ocasión.

Algunas páginas de la guía confeccionada para este viaje

 

En esta guía se pormenorizaban los tres itinerarios antes mencionados y se presentaba el contexto histórico, ideológico y político de la vida y el asesinato de los judíos de Cracovia. Se ofrecía también una presentación del complejo concentracionario de Auschwitz.

En Auschwitz-II Birkenau (al fondo, la entrada de los trenes), siguiendo el trayecto desde la rampa de la selección hasta las cámaras de gas del crematorio 2

 

Como se ve, hubo que hacer mucho en poco tiempo. Aun así mereció la pena, y los alumnos, en su mayoría, lo apreciaron como se debe. Como ejemplo, los dos artículos escritos por el alumno de 2º de Bachillerato Ángel Mateos Sánchez-Escobero, Viaje a Auschwitz: ¿por qué y para qué?, y por la alumna de 1º de Bachillerato María Núñez Blázquez, Cracovia. A  pesar de los inconvenientes, como se ve hubo alumnos que, ellos sí, entendieron de qué se trataba.

Dibujos de niños prisioneros recuperados y reproducidos por el Museo Yad Vashem en Auschwitz-I

 

Ahora, convertidos los propios alumnos, a su pesar y sin saberlo, en protagonistas de una pelea zafia y marrullera (que no de un debate abierto), habrá que ayudarles a entender qué está sucediendo. Porque, como Hannah Arendt subrayó insistentemente, a lo que no podemos renunciar sin renunciar a nuestra humanidad es a comprender. Lo cual no significa en modo alguno justificar ni tolerar. ...Y para ello es imprescindible conocer.

 Memorial por los judíos húngaros deportados a Auschwitz. Se encuentra en el pabellón húngaro de Auschwitz-I (Todas las fotos de JMAD, 23-25 Oct 2015)

 

Jesús María Ayuso Díez

Dos alumnos, Mª Victoria y Javier, visitando el pabellón de Hungría en Auschwitz-I

Nuestro proyecto,

¿Qué es un hombre? La degradación de la persona en el Holocausto judío,

ha superado la primera fase, la autonómica:

¡Seleccionados en Extremadura!

(...)

En cambio, no hemos sido seleccionados

en la fase nacional.

Quizá en otra ocasión.

Aun así, seguiremos estudiando la Shoá y

organizando el mini-Congreso

cada 27 de enero.


Reconocimiento al IES Francisco de Orellana

por el mini-Congreso sobre

¿Qué es un hombre?

La degradación de la persona

en el Holocausto judío.